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domingo, 13 de junio de 2021

Undercover Mail. Correo clandestino durante la Segunda Guerra Mundial

Autora invitada: Cristina Martín San Roque

El correo durante todas las guerras ha sido muy importante, y aunque se tomaban medidas para evitar el espionaje, o se censuraban las cartas, etc., también se tomaban medidas para que los soldados pudieran enviar su correspondencia y que esta llegara a sus familias, en una época donde el correo era la forma más efectiva de comunicación a larga distancia.

Undercover Mail
Carta con origen en Italia
Durante la Segunda Guerra Mundial, el volumen de correspondencia que mantenían los combatientes fue bastante elevado, además las distancias cada vez se hacían mayores, al desarrollarse la guerra en todo el mundo. Esto suponía un problema para el transporte de correo. Para ello se empleaban sistemas especiales de correspondencia como el correo microfilmado, pero, ¿Qué pasaba si se quería enviar correo postal a zonas beligerantes?

Antes de hablar del "Undercover Mail" durante la Segunda Guerra Mundial, voy a explicar brevemente que es.

En tiempos donde no hay guerras se puede enviar correspondencia entre distintos países sin impedimentos, pero en épocas de guerra, los países beligerantes cierran las fronteras y no puede enviarse correspondencia a otros países con los que se estuviera en guerra. Por norma general se prohibía toda clase de comunicaciones con los países enemigos y quebrantar esta norma acarreaba una serie de consecuencias bastantes graves para los infractores.

Undercover Mail
Carta con origen en Italia
Esto implicaba que familias que tuvieran algún miembro en una zona en conflicto o fuera prisionero de guerra, no pudieran comunicarse directamente. Se permitía mantener correspondencia mediante una serie de sistemas: 

- El Correo de Prisioneros de Guerra que era correspondencia libre de franqueo y que comunicaba a los prisioneros con sus familiares y seres queridos.
- La Cruz Roja, que a través del servicio organizado por este organismo permitía mandar mensajes muy cortos y obtener la respuesta gracias a las distintas organizaciones de la Cruz Roja Nacionales.

Pero, como estos sistemas ofrecían muchas limitaciones, se empezó a usar el conocido como "Undercover Mail" un sistema de correo clandestino, que básicamente consistía en emplear una serie de direcciones encubiertas que no indicaba directamente la dirección final, y la correspondencia se enviaba a una dirección en un país neutral que se encargaba de que llegara a la dirección final. Aunque este sistema se empleó en otras contiendas anteriores, durante la Segunda Guerra Mundial tuvo un incremento notable.

Undercover Mail
Sede de la agencia de viajes de Thomas Cook
Bastantes organizaciones de ayuda a refugiados organizaron direcciones postales, algunas de ellas con nombres pantallas, para poder establecer un sistema de envío de paquetes de alimentos o de otras ayudas. Además de la ayuda a refugiados, gobiernos en el exilio, judíos, etc., la vía mejor documentada fue la que organizo Gran Bretaña con la colaboración de la agencia de viajes Thomas Cook & Son, en Londres, que en la Primera Guerra Mundial había empleado un sistema parecido.

Durante la Primera Guerra Mundial, el gobierno británico solicitó a Thomas Cook & Son que fuera intermediario del envío de cartas privadas a territorio enemigo. Este servicio comenzó en 1917 y consistía en mandar cartas a Thomas Cook que las enviaba a su oficina en Ginebra, que las reenviaba al país enemigo. Parece ser que también se usó este sistema durante la Guerra Civil Española, aunque no oficialmente, cuando se mandaba cartas del bando nacional y republicano a Gibraltar, que luego los mandaba al destinatario.

Pero centrándonos en la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña autorizo el uso de dicho sistema el 15 de enero de 1940. En un primer momento se utilizaban una serie de buzones de apartados en Ámsterdam:
601 para Gran Bretaña
115 Sudáfrica
520 Australia
525 Nueva Zelanda
615 Canadá
El sistema estuvo en funcionamiento hasta mayo de 1940, cuando Alemania invadió Holanda. Por ello tuvieron que buscar otro país, y en julio de ese año, se restableció el sistema a través de Portugal y se usaba el apartado 506 para que los países del eje o los países que iban invadiendo los alemanes pudieran enviar correspondencia.

Undercover Mail
Instrucciones para el envío de correspondencia
Para enviar correo a un país ocupado se enviaba una carta privada en un sobre abierto con la dirección del destinatario y las instrucciones de repuesta, que era introducido en otro sobre con la dirección de Thomas Cook en Berkeley Street, Piccadillly.

La censura británica revisaba la correspondencia porque no se permitía ninguna clase de mención a la guerra y se la devolvía a la agencia de viaje que la enviaba al país neutral. En un primer momento a Holanda y luego a Portugal, donde se franqueaba con los sellos del país neutral y se enviaba por correo postal al destinatario. Se añadía un giro postal de dos chelines para costear este sistema.

La respuesta continuaba el camino inverso y era enviado por la agencia de viajes Thomas Cook a Londres, donde la censura británica la revisaba y se enviaba al destinatario.

Undercover Mail
Carta con origen en Dinamarca 
Este sistema tuvo un gran éxito y a finales de 1943 se habían enviado más de 250000 cartas y recibido otras 150000. Entre 1940 y 1945 existían 21 países conquistados por Alemania que podían emplear este sistema.

A este sistema se le dotó de una gran difusión publicitaria para que fuera conocido por el mayor número posible de personas para que pudieran usarlo si lo deseaban.

Lógicamente Alemania e Italia conocían este sistema pero al tratarse de correspondencia con un país neutral tenían que permitirlo. Pero estos envíos fueron censurados también por los alemanes y los italianos y se prohibían por ambas partes cualquier mención a la guerra, información sobre tropas, cuestiones políticas, económicas, etc. En ocasiones las cartas eran devueltas indicando que usaran el sistema de la Cruz Roja y otras veces se perdieron pero el sistema fue muy útil.

Cristina Martín San Roque es licenciada en Filosofía y Letras, la autora del blog El Salón de Cris y una apasionada de la filatelia, la historia y la cultura.

Para saber más:
La censura postal en la Europa del siglo XX, de Jesús García Sánchez 

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