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domingo, 29 de agosto de 2021

La rocambolesca historia de los falsos diarios de Hitler y Mussolini

Siempre se ha intentado falsear y manipular la historia para servir a los intereses de los poderosos y tras una guerra, para que sean los vencedores los que la puedan reescribirla en su beneficio. Pero también se cambia para que otros puedan obtener provecho económico de forma ilegal.

Los falsos diarios de Hitler y MussoliniMuy sonado en los años 80, fue la aparición de unos diarios de Adolf Hitler, escritos en un periodo histórico fundamental de la biografía del líder nazi. Los quince años que van de 1930 a 1945. En abril de 1983 la revista alemana Stern compró 62 cuadernos, hipotéticamente escritos por Hitler, por más de 9 millones de marcos. Estos cuadernos habían llegado a la redacción de Stern a través del coleccionista y periodista experto en asuntos relacionados con los nazis, Gerd Heidemann que afirmaba haberlos obtenido a través de un tal doctor Fischer que se los pasó desde la República Democrática Alemana escondido dentro de pianos.

Varios expertos e historiadores, como Eberhard Jäcke, Gerhard Weinberg y Hugh Trevor-Roper y el perito suizo Max Frei-Sulzer y el norteamericano Ordway Hilton los dieron como auténticos y se comenzaron a publicar. Los peritos afirmaron con posterioridad que los dieron como auténticos usando fotocopias y cotejándolas con falsificaciones del propio falsificador. Stern contactó con Time, Newsweek, The Sunday Times, Paris Match o la revista española Tiempo (29 entregas) para publicar los diarios conjuntamente. Tiempo pagó 21 millones de pesetas para publicarla.

Los falsos diarios de Hitler y Mussolini
Algunos expertos sospechaban de su autenticidad ya que revisando los textos, aparecían inexactitudes históricas y le extrañaba como Hitler condenaba algunas actuaciones criminales de sus colaboradores, lo que mostraba una imagen indulgente del dictador. Se llegó a pensar que los diarios habían sido promovidos por seguidores de Hitler, para dignificar su figura ante el mundo. Por otro lado, y descubierto algo después, una parte importante del texto había sido plagiado de un libro sobre discursos de Hitler escrito por Max Domarus.

Finalmente se descubrió que no eran auténticos cuando el profesor Julius Grant, realizó un análisis químico de los documentos originales y demostró claramente que eran totalmente falsos. Ni el papel, ni la tinta, ni la cola con la que fueron encuadernados pudieron ser fabricados en el periodo en que supuestamente fueron escritos. Además varios grafólogos demostraron que no era la letra de Hitler. Además, el lides nazi aborrecía escribir a mano y solía dictar sus cartas o discursos. Precisamente Mein Kampf se lo dictó, cuando estaba en la cárcel de Landsberg, a su lugarteniente Rudolf Hess. 

Quizás el detalle más estrambótico es que en las portadas de los cuadernos aparecen las iniciales FH, cuando en realidad debía ser AH, aunque en esa tipografía la letra A y la H tengan cierto parecido. Algo que Adolf Hitler, seguramente, no habría permitido. 

Los falsos diarios de Hitler y Mussolini
El culpable de la falsificación fue Konrad Kujau, un modesto pintor que fue juzgado y condenado a 4 años y medio que no cumplió, debido a una enfermedad grave que le duró hasta el 2000, cuando murió en Stuttgart con 62 años.

Konrad Kujau, de una familia alemana entusiasta seguidora del partido nazi, fue detenido en repetidas ocasiones por robo o agresión. Sus comienzos como falsificador fueron en 1963, falsificando vales de comida. Un tiempo después se descubrió que además había falsificado su identidad, haciéndose llamar, casualmente, Peter Fischer. Tras pasar una temporada en la cárcel, siguió falsificando pinturas supuestamente pintadas por Hitler que obtendría a través de un falso ex oficial de las SS, así como objetos que pertenecieron a Hitler o a otros jerarcas nazis, como un casco de la Primera Guerra Mundial con una nota de Hitler que afirmaba que lo había usado en la batalla de Ypres. Tras falsificar un buen número de ejemplares de Mein Kampf, en 1978 decidió falsificar los diarios de Hitler. Incluso estaba preparando un tercer volumen manuscrito del libro de Hitler.

El fraude le costó su reputación al historiador Hugh Trevor-Roper y su carrera al periodista Gerd Heidemann, que fue condenado a cuatro años de cárcel y acabó viviendo prácticamente en la indigencia. En 2013 los falsos diarios, que hasta entonces se encontraban en manos de Stern, fueron entregados al Archivo Federal de Alemania.

Los falsos diarios de Hitler y Mussolini
En España creó bastante controversia la veracidad de los diarios
y ante ello el director de la revista Tiempo afirmó que era lógico que existiera polémica, pero que según el historiador Hugh Trevor-Roper, "Resulta imposible poder falsificar todo este material" y que las sospechas de falsedad de "otros especialistas, no se sostienen en pie... Nosotros sí tenemos la certeza de que los cuadernos de Adolf Hitler están escritos de su puño y letra".

A la semana siguiente, la revista cambió radicalmente sus afirmaciones sobre el diario. La portada decía: "El diario falso de Hitler: Toda la Verdad" y en el cuadernillo especial, donde estaba previsto incluir parte del diario, dio otra vuelta de tuerca.: "El diario secreto de Hitler", con la palabra "secreto" tachada y cambiada por con "falso". En la editorial el director de la revista rectificó diciendo que era el "más monumental sarcasmo de la historia periodística de este siglo... Un gigantesco fraude". Finalmente la revista española recuperó lo pagado, a pesar de que existía una clausula en el contrato con Stern en la que la revista alemana no se responsabilizaba de nada si se descubría que los diarios eran falsos.

Los falsos diarios de Hitler y Mussolini
El supuesto diario de Hitler, no fue el primer escrito falso de un gran dictador que se puso en venta. En 1957, la italiana Amalia Panvini y su madre, de más de ochenta años, manifestaron que habían recuperado nada más ni nada menos que 30 volúmenes de los diarios del Duce, Benito Mussolini. Estos diarios fueron incluso autentificados por el hijo del dictador, Vittorio Mussolini, al que las dos mujeres lograron enredar con una burda falsificación que incluían datos de hechos que se basaban en registros históricos, pero intrascendentes. Muchos incluso no se podían contrastar.

La falsificación de estas dos mujeres no fue la única relacionada directamente con el Duce. En el más cercano 2007 aparecieron cinco cuadernos con supuestas notas del dictador italiano realizadas entre 1935 y 1939. A pesar de que algunos historiadores afirmaron que contenían algunos documentos reales, en realidad era un nuevo timo que, a comienzos de los ochenta ya se le ofreció al diario londinense Times, que lo rechazó tras pasar por un examen caligráfico que demostró que era falso.

Para saber más:
Los falsos diarios de Hitler, de Francisco Viñals Carrera 
Vender a Hitler, de Robert Harris
Hipertextual

domingo, 22 de agosto de 2021

Schwerbelastungskörper, el último de los restos de Germania

En Berlín, en la confluencia de las calles del General Pape y Loewenhardtdamm, cerca del Viktoriapark, en el barrio de Tempelhof, hay un parque que esconde un enorme cilindro de hormigón que puede parecer un búnker. En realidad oculta uno de los experimentos más curiosos de la ingeniería nazi, el Schwerbelastungskörper. Esta construcción, cuyo nombre traducido sería "cuerpo de carga pesada", es uno de los escasísimos restos de Welthauptstadt (capital mundial) Germania y posiblemente el único visible para el público.

Welthauptstadt Germania fue el faraónico plan urbanístico imaginado por Hitler y su arquitecto Speer. La que sería la megalómana capital del mundo cuando el III Reich ganara la guerra.

Una de las más destacadas edificaciones proyectadas para Germania era un imponente arco del triunfo. A modo de comparación: el arco del triunfo de París, mide 50 m de alto y 45 m de ancho. El diseñado para Berlín habría tenido 117 m de alto por 170 m de ancho y en el se grabarían los nombres de todos los soldados alemanes caídos o desaparecidos en la Gran Guerra. Más descomunal habría sido la Volkshalle o Palacio de los Foros Populares. También  conocido como Große Halle, sería una cúpula, que de haberse llevado a cabo, habría sido el mayor espacio cerrado en el mundo. Este imponente edificio habría medido más de 200 m de altura y 250 m de diámetro. El equivalente a 16 cúpulas de la basílica de San Pedro, de Ciudad del Vaticano.

Una construcción de semejante envergadura es un proyecto arquitectónico tremendamente complejo y la resistencia del terreno sobre el que se asiente es un factor de gran importancia. Si no que se lo digan a los constructores de la torre de Pisa, que está inclinada por culpa del terreno. Precisamente Berlín, etimológicamente proviene de las palabras berle o berlin que significan tierra no cultivable o tierra deshabilitada por su terreno pantanoso. Por ese motivo hay que comprobar la capacidad de soporte del terreno de tan descomunal construcción.

En 1941, Speer ordeno construir el Schwerbelastungskörper para simular el peso del arco del triunfo y en 1942 prisioneros de guerra franceses terminaron de construir un cilindro de 12.000 toneladas y 21 metros de diámetro. El cilindro está colocado sobre un pilar construido en el centro de un pozo de 18 metros de profundidad, de este modo el cilindró ejerce una presión equivalente de 12,65 kg por cm² sobre una superficie de 100 m².

Nada más acabar su construcción se empezó con la toma de mediciones, que quedaron interrumpidas con el comienzo de la guerra, dejando la evaluación de las muestras realizadas hasta 1948. Los datos obtenidos en 1948 mostraban que se había hundido casi 22 cm.

Cuando acabó la guerra se pensó en volarlo por los aires, como con otras construcciones de defensa de la ciudad, pero se necesitaba tal cantidad de explosivos que resultó inviable. Finalmente se decidió aprovechar su uso por parte del Instituto Alemán para la Mecánica de suelos, el Degebo, que continuó utilizándolo hasta 1977.

En 1995 fue declarado patrimonio histórico de Berlín. Se pensó en darle diversos usos pero ninguno era viable. Aunque está algo descuidado, es visitable y se puede subir a una plataforma que nos permite apreciar la monstruosidad de la construcción y conocer algo sobre ella, gracias a una pequeña oficina turística. Es un lugar que queda fuera de las rutas turísticas habituales, pero nos puede servir para ver la desmesurada megalomanía que representaría Germania.

Para saber más:

domingo, 15 de agosto de 2021

El desembarco de Dieppe

Autor invitado: Toño Taboada

Ante la presión de la URSS para que sus aliados abrieran un segundo frente en la zona occidental europea que pudiera descargar de tensión el frente oriental “distrayendo” efectivos alemanes y poder desarrollar una contraofensiva, el Alto Mando británico especialmente se puso manos a la obra para buscar ese nuevo frente. Y el elegido fue Dieppe. Además lo consideraban un buen “ensayo” de desembarco a gran escala de cara a un futuro.

Dieppe se encontraba dentro del radio de acción de la aviación con base en el sur de Inglaterra y había objetivos militares muy jugosos como una estación de radar en las cercanías, un aeródromo, baterías de cañones pesados y el puerto. Aunque también se  criticaría a posteriori, por estar fuertemente defendida, tener acantilados muy altos desde donde se hacía más fácil el control defensivo, con arrecifes rocosos muy peligrosos para las lanchas con los cambios de marea y playas de guijarros que hicieron muy dificultoso el transitar de hombres y carros blindados.

Se había fijado la fecha del 4 de julio, lo que se conocería como Operación Rutter (nombre original de la operación que al reactivarse se conoció como Jubilee), pero tuvo que ser postergada por cuestiones meteorológicas. Los soldados participantes ya conocían el destino y se corrió el riesgo de que se filtrara información al enemigo. De hecho había excesivo optimismo y se relajó en exceso cualquier medida de seguridad tan necesaria en operaciones de este calado. Se fijó una nueva fecha, el 19 de agosto.

Aquel día se pusieron en marcha un total de 237 naves, con 8 destructores, 9 buques de transporte de tropas y 179 lanchas de desembarco que dejarían en la playa a casi 5.000 canadienses, poco mas de 1.000 comandos británicos y 50 Rangers estadounidenses apoyados por un batallón de 58 carros de combate Churchill. Contarían también con cobertura aérea por parte de la R.A.F. y aviación estadounidense a parte de la naval. Se ponían en juego la Operación Jubilee.

Se realizarían ocho desembarcos a lo largo de un frente de 16 km, con el epicentro en Dieppe (dos sectores: playas Blanca y Roja). En el extremo oriental (playas Amarilla 1  y 2, en Bernebal y Belle-ville-sur-mer) y cerca de Dieppe (Puys, playa Azul). Otras dos playas en el extremo occidental (Naranja 1 y 2, en Varengebille y Quiberville) y cerca nuevamente de Dieppe, en la boca del río Scie, Pourville, la playa Verde. Los ataques en los flancos se iniciarían a 4:50 y los desembarcos principales media hora más tarde

Las defensas alemanas no aparentaban ser muy poderosas, formadas principalmente por “alemanes étnicos” recientemente incorporados al ejercito provenientes de los países conquistados. Sembraron las playas de alambradas y minas, bien abastecidas de nidos de ametralladoras emplazadas en búnkeres estratégicamente situados y camuflados. La guarnición de la ciudad, por ejemplo, la formaban unos 1.500 hombres y en la defensa de la playa otros 150. El resto de playas todavía tenían una defensa más débil.

Los primeros problemas surgieron antes de llegar a las playas amarillas 1 y 2 cuando un grupo de lanchas se encontraron con un convoy costero alemán. El inevitable encuentro provocó el caos entre los atacantes y de las 23 lanchas solo 7 alcanzaron el objetivo inicial. El apoyo naval no llegó ya que supusieron que la defensa provenía de tierra. Esta incursión fue un desastre, aunque los pocos hombres que llegaron pudieron neutralizar la batería costera Goebbels, durante un tiempo antes de tener que reembarcar y volver.

En playa azul las cosas no mejoraron para la Royal Regiment of Canada en su objetivo de tomar Puys y asaltar la playa que estaba presidida por un acantilado vertical. Un considerable retraso de las lanchas y dispersión de las mismas, hizo que la llegada a la playa fuera de día por lo que fueron repelidas con cierta facilidad sufriendo un gran número de bajas. El fracaso esta vez fue total y sus consecuencias nefastas. Este objetivo era clave para todo el desarrollo de la operación. Solo 2 oficiales y 63 soldados volvieron a Inglaterra. Los alemanes sufrieron dos muertos y 9 heridos.

Mejor se dio en el flanco (playas naranja 1 y 2) gracias a los comandos del extravagante Lord Lovat (primera foto). Sus 250 hombres desembarcaron sin mayores problemas y capturaron la batería Hess. El único éxito de toda la operación.

Otro desembarco exitoso lo protagonizaron las unidades canadienses South Saskatchewan Regiment y Cameron Highlanders en playa verde aunque el éxito inicial no pudo ser mantenido ante la llegada de refuerzos alemanes y el fracaso de la unión prevista con tanques y tropas provenientes de los desembarcos principales.

Las playas blanca y roja se encontraban a cargo del Essex Scottish Regiment y del Royal Hamilton Light Infantry.  A los que seguirían los carros Churchill de la Calgary Tank Regiment y elementos de zapadores e ingenieros. El objetivo era ocupar los edificios que conformaban el frente marítimo a lo largo del bulevar de Verdún. Las lanchas alcanzaron las playas en la hora prevista, pero fueron recibidos por un mortal fuego desde las posiciones alemanas. A pesar de ello se logró desembarcar 27 de los 30 carros de combate previstos. Unos 12 llegaron al bulevar de la ciudad, pero fuero detenidos por bloques de cemento y no pudieron penetrar en la ciudad.

La primera dificultad era recorrer el tramo de playa de guijarros bajo el fuego enemigo hasta llegar a un muro de metro y medio y otro a medias de construcción. Esto supuso ya un 30% de pérdidas. Tras ellos unos 200 metros de explanada hasta llegar a las primeras casas, totalmente libres para ser barridos por el fuego alemán. Por que todo el escenario estaba dominado por dos acantilados en los extremos con posiciones enemigas de ametralladoras y cañones de diverso calibre que debían haber sido neutralizados con los ataques por los flancos, pero ya sabemos qué había pasado. Ni el fuego de cobertura de los navíos ni la R.A.F. fueron eficientes. Si los carros hubieran desembarcado desde el inicio a lo mejor el resultado hubiera sido distinto. Pero también quedó demostrado que los gruesos guijarros de la playa no era el mejor firme para ellos, pues avanzaban con grandes dificultades y con frecuencia quedaban varados.

A las 7:00, sin conocimiento de lo que estaba pasando, llegaron los Fusileros Mont Royal que se vieron sorprendidos por el intenso fuego defensor y no lograron avanzar. Y a las 8:30 se aproximaban a la playa las lanchas con la unidad de Royal Marines pertenecientes al 40 Commando, con 369 hombres. Pero gracias a su comandante el teniente coronel J.P. Phillips, que se dio cuenta de lo que les esperaba en la playa, en pie en la cubierta de su lancha, consiguió señalar a las otras que lo seguía el peligro y pudieron escapar de una muerte segura salvando a unos 200 hombres.

Sobre las 9:00 se dio la orden de retirada para dos horas después, viendo la inutilidad de continuar el ataque. Y la retirada también fue un caos. El reembarque en las lanchas fue tortuoso por la cantidad de heridos y muertos agolpados a su alrededor. Y las propias lanchas ya cargadas con tropas camino de los buques fueron bombardeadas y hundidas una gran parte de ellas.

A las 12:20 se dio por terminada la retirada. Se había logrado rescatar unos 1.000 hombres. 

En tan solo 5 horas los canadienses sufrieron un 68% de bajas sumados a las de  247 comandos. 2.195 hombres fueron hechos prisioneros. Respecto a pérdidas materiales se contabiliza un destructor y 33 lanchas de desembarco con 550 bajas. Y se perdieron los 27 carros de combate de la primera ola, el resto volvió a Inglaterra sin tomar parte en la batalla.

Por parte alemana se contabilizaron unas 600 bajas (132 muertos)

Evidentemente las conclusiones no pueden ser positivas para los aliados, a pesar de los aprendizajes obtenidos y el provecho que les dieron el día D. Se había subestimado las defensas alemanas, no se consiguió la sorpresa, los ataques por los flancos fueron un desastre que dejó en evidencia el ataque frontal, el fuego de cobertura naval no fue suficiente, la inoperatividad y mal uso de los carros de combate en tierra (la idea de los funnies nació en las playas de Dieppe), demasiados objetivos, mala coordinación para alcanzarlos, falta de flexibilidad sin contemplar alternativas y un plan demasiado rígido, son algunos de los defectos de los que adoleció la operación, sumadas a la utilización de tropas sin experiencia en operaciones anfibias.

Otros autores inciden en la idea de que la cancelación de la primera fecha de ataque dio demasiadas pistas a los alemanes pero que la presión de los soviéticos para abrir el tan ansiado segundo frente hizo mantener el objetivo a pesar de todo.

Para los alemanes todo resultó positivo y analizaron los errores aliados. Pero su gran error años mas tarde fue pensar que las características de una operación así se repetirían e iban a estar preparados, sin tener en cuenta que precisamente los aliados aprendieron de todos esos errores y no tenían intención de repetirlos, como así fue.

En definitiva se consideran  que los sacrificios de la “Operación Jubilee” evitaron terribles fracasos en otras operaciones de mayor magnitud, como las que se llevarían a cabo en el norte de África, Sicilia o el territorio peninsular italiano, sin olvidarnos de Normandía.

Toño Taboada es miembro de Divulgadores de la Historia, bloguero y autor del estupendo blog Historia Sin Pretensiones

Para saber más:
Dieppe 1942, El desembarco fracasado, de Terence Robertson 

domingo, 8 de agosto de 2021

El Correo de la Victoria

El V-Mail, abreviatura de Victory Mail o Correo de la Victoria, fue desarrollado por la compañía de material fotográfico Eastman Kodak, y utilizado durante la Segunda Guerra Mundial para agilizar el servicio de correos para las fuerzas armadas estadounidenses que luchaban en el extranjero.

El Correo de la Victoria
Lanzado el 15 de junio de 1942, el V-Mail fue la principal forma en que los soldados que se encontraban fuera de Estados Unidos pudieron comunicarse con amigos y familiares que se encontraban en casa. Anteriormente, las únicas formas de comunicarse con sus seres queridos era a través del correo aéreo o en barco, que a menudo era más costoso que el correo regular y demoraba demasiado para utilizarlo para mensajes urgentes. Debido a que las cartas eran censuradas antes de ser transferidas al microfilm, el V-mail se convirtió uno de los métodos de comunicación más seguros.

Mover un gran volumen de correo a tiempo en una guerra en rápida expansión planteaba grandes problemas para las Oficinas de Correos y de Guerra, así como a los Departamentos de la Marina. Para mejorar el servicio, los funcionarios buscaron reducir el volumen y el peso de las cartas. Para ello encontraron un ejemplo a seguir en el British Airgraph Service que comenzó en 1941 y que enviaba mensajes bajo microfilmación.

El Correo de la Victoria
El V-Mail era un sistema estándar, con un espacio limitado, por lo que las cartas no podían ser muy largas y debían estar escritas con tinta de color oscuro para que se pudieran microfilmar con más facilidad.
Este sistema resultaba una carga más liviana y más pequeña para transportarla, de modo que cuando los microfilmes llegaran a su destino, los negativos se convertían a tamaño normal y luego se imprimirían. 

Algo que iba en muchas cartas y que no se podía fotografiar era el olor del perfume que la amada dejaba para el soldado que estaba en el frente

Algo que dio algunos problemas a los técnicos que fotografiaban las cartas eran las marcas dejadas por el lápiz de labios. Estos "besos" manchaban las máquinas de escaneo, por lo que los trabajadores postales los apodaron el "azote escarlata".

Los formularios para el V-Mail fueron producidos tanto por el Gobierno, así como por empresas autorizadas por el Departamento de Correos y fueron puestos a disposición de los clientes de forma gratuita. 

El Correo de la Victoria
El V-Mail funcionaba como carta y sobre. Tras escribir la carta y las direcciones de envío y remitente se doblaba la hoja en una pieza para su envío. Sin necesidad de franqueo en el caso de los soldados, los civiles tenían diferentes tipos de franqueo según el tipo de transporte: si era en superficie el coste era de 3 centavos, el aéreo costaba primero 6 y posteriormente 8 centavos.

En el V-Mail no se podía introducir nada, pero en 1943, el Departamento de Guerra modificó la restricción sobre el envío de fotografías. Las fotografías se debían unir a los formularios "sin alterar, tratar o sensibilizar el formulario de ninguna manera" y situarse en el tercio superior izquierdo del formulario. El uso de fotografías se limitaría a "los bebés nacidos después de que un soldado partiera al extranjero o los menores de un año" y podría incluir a la madre. Algunos diarios ofrecían servicios fotográficos a las esposas que deseaban enviar fotografías de sus recién nacidos y estos se encargaban de transferir las fotos a los V-Mail.

El Correo de la Victoria
Este método simplificaba el transporte, además de ahorrar espacio de envío que podría usarse para otros suministros de guerra. Así, más cartas y más rápido podrían llegar los soldados repartidos por todo el mundo. 

El uso de este pequeño microfilm ahorró al sistema postal miles de toneladas de espacio de envío. Se logró que el equivalente de 37 sacas de correo convencional se convirtiera en una solo una. Estuvo activo durante tres años y medio y se procesaron más de mil millones de correos V-Mail.

Aquí se puede imprimir una copia de un formulario de V-Mail


domingo, 1 de agosto de 2021

El origen de los juegos paralímpicos

El origen de los juegos paralímpicos se pueden remontar hasta 1948 en un concurso de tiro con arco entre 16 veteranos británicos de la Segunda Guerra Mundial en el Hospital Stoke Mandeville, que abrió en 1944 para ofrecer atención médica a los miembros civiles con lesiones de médula espinal durante la guerra.

El creador del concurso fue Sir Ludwig Guttmann, un neurocirujano alemán que huyó en 1939 de la Alemania nazi, y dejó su trabajo en Oxford para convertirse en el jefe del Centro Nacional de Lesiones de la Columna Vertebral en Stoke Mandeville.

Guttman, al ser considerado el mejor en su campo en Alemania, consiguió un visado para viajar a Portugal para tratar a un amigo del dictador portugués António de Oliveira Salazar. En lugar de regresar a Alemania, escapó al Reino Unido donde consiguió un visado de refugiado y una beca para establecerse junto a su esposa y dos hijos en Oxford. Su padre y su hermana no tuvieron suerte, habían muerto en un campo de concentración. 
 
Para Guttmann la demostración de las habilidades atléticas de sus pacientes era una parte muy importante de su estrategia de rehabilitación que se centraba en ayudar a los pacientes a recuperar su fuerza, incluso si nunca volviera a caminar. Antes de estos tratamientos, los pacientes con lesiones de médula sobrevivían de unas semanas a unos años a causa de la sepsis y fallos renales.

El tiro al arco era una opción estratégica para la competición atlética usando las capacidades de la parte superior del cuerpo, con lo que los parapléjicos no tenían aparentemente ninguna desventaja, siempre y cuando no hubieran sufrido heridas graves o sufrieran parálisis en las cuatro extremidades (tetrapléjicos). 
Tras comprobar la eficacia del deporte, en años posteriores, los equipos del hospital Stokes Mandeville visitarían diferentes clubes de tiro con arco para competir contra personas válidas, ayudando a cambiar la percepción pública de que la gente incapacitada podría lograr lo que se propusiera.

Los "Mandeville Stokes Games" crecieron a medida que los pacientes y los médicos se trasladaron a unidades en diferentes instalaciones y después de una investigación publicada una revista médica de la época, en 1952, un grupo de veteranos holandeses participaron en los juegos, con lo que se convirtieron en juegos internacionales por primera vez.

Medalla de oro de Margaret Maughan en tiro con arco
Los juegos de 1953, fueron cubiertos por la revista Time y atrajeron a más de 3000 espectadores para ver como 200 atletas de 8 países participaban en deportes como el netball (similar al baloncesto), el snooker (modalidad británica de billar), el tiro al arco, el tenis de mesa, la jabalina, el lanzamiento de peso y la natación. Aunque los Juegos Olímpicos se reanudaron en Londres en 1948 no fue hasta los juegos de Roma de 1960 cuando se celebraron los primeros Juegos Paralímpicos, en el que participaron 400 atletas de 28 países (aunque diversos atletas con discapacidades ya participaron en anteriores juegos). Los primeros juegos paralímpicos de invierno se realizaron en 1978 en Suecia.