domingo, 10 de agosto de 2025

Los Marines Incursores

Cuando los Estados Unidos entraron en la Segunda Guerra Mundial, el presidente Franklin D. Roosevelt, impresionado por los éxitos de los comandos británicos y alemanes en Europa, pidió al Cuerpo de Marines que creara unidades similares. Estos fueron los Marines Incursores (Marine Raiders). Los Raiders tenían como misión realizar incursiones anfibias independientes y colaborar con otras unidades de los Marines como punta de lanza en operaciones de mayor envergadura.

Los Marines Incursores
Durante el año 1942, en el océano Pacífico, en el largo camino a Japón, saltando de isla en isla, hicieron incursiones profundas tras las líneas enemigas en Guadalcanal y organizaron un efectivo ataque sorpresa en la isla Makin.

La mayor operación que realizarían los Raiders fue en la isla de Bougainville, una de las mayores del archipiélago de las Salomón, en el mes de noviembre de 1943.
Hombres del 2º y 3º batallones de Marines Incursores se situaron a la vanguardia de una invasión que sería llevada a cabo por la 3ª División de Marines.
Los japoneses habían establecido defensas en Bougainville con cinco aeródromos y unos 40.000 soldados. Por ese motivo los planificadores eligieron comenzar la operación en el cabo Torokina, en la costa sudeste de la isla, rodeado de pequeñas y estrechas playas con un mar difícil y agresivo, alejadas del resto de la isla por montañas, pantanos y selvas. El peor sitio para un desembarco convencional, pero el mejor para un ataque por sorpresa de un grupo de comandos.

Los Marines Incursores
La sorpresa se hizo patente cuando los Marines desembarcaron y se encontraron con unos pocos cientos de soldados japoneses y un único cañón de 75mm como defensa, pues tan dura orografía hacía impensable un desembarco en esa zona de la isla. A pesar de ello los infantes japoneses defendieron valerosamente la posición ametrallando las barcazas de los Marines Incursores. El 2º batallón de Raiders tomó unas trincheras que se encontraban a unos 30 metros de la playa y el 3º se dedicó a asegurar un islote que se encontraba frente a la costa.

Tras asegurar la playa y el islote, los Marines avanzaron tierra adentro atravesando la selva por un sendero, que apenas se adivinaba entre la maleza, con la misión de tomar el cruce entre los caminos de Piva y de Numa Numa, de gran importancia por ser dos caminos que comunicaban bases aéreas japonesas y el principal acceso terrestre al cabo Torokina. El cruce se encontraba a unos 5 kilómetros del punto de desembarco, pero los Marines Incursores necesitaron una semana en alcanzarlo debido principalmente a los francotiradores que se fundían con la selva.

Los Marines Incursores
Para limpiar de francotiradores su camino, los Raiders emplearon tácticas poco usuales para la guerra en la selva. En ocasiones enviaban algún vehículo blindado ligero, que era un objetivo suculento para el soldado japonés, que en ocasiones se lanzan a bayoneta calada contra el vehículo, que lo aplastaba o liquidaba con sus ametralladoras. Si la selva era demasiado tupida para el paso de los vehículos utilizaban perros especialmente adiestrados para oler a los soldados japoneses, normalmente  de raza pastor alemán o dóberman. Otras veces rociaban la maleza con ráfagas de ametralladora y volvían a disparar a los soldados aparentemente muertos, pues los japoneses solían fingir estar muertos para después atacar por la espalda o rendirse para luego abrir fuego o inmolarse con una granada.

Cuando se encontraban a tan solo 300 metros del cruce de caminos, Marines y japoneses se vieron obligados a salir a terreno descubierto para luchar prácticamente a punta de bayoneta. Después de dos días de combates cuerpo a cuerpo, las tropas japonesas se retiraron y el cruce cayo en manos de los Marines Incursores, aunque por las noches recibían ataque esporádicos de grupos de japoneses que se infiltraban entre los Marines.

Finalmente, en enero de 1944, los Marines Incursores fueron disueltos y encuadrados en otras unidades de Marines donde aportarían su experiencia de lucha contra las duras tropas japonesas.

Artículo publicado en el blog de David López Cabia en Abril de 2020.

Para saber más:

domingo, 27 de julio de 2025

La fábula de la base secreta nazi en la Antártida

Incluso antes de que finalizara la Segunda Guerra Mundial comenzó a extenderse un rumor que relacionaba a los nazis con la Antártida. Según algunos pseudo historiadores y expertos, Hitler habría construido una base secreta con forma de pirámide en el Polo Sur para desarrollar naves espaciales. Esto no es más que una fábula.

La fábula de la base secreta nazi en la AntártidaVarias expediciones militares internacionales y libros publicados por conspiranoicos y revisionistas dieron origen al bulo que afirma que los nazis construyeron platillos volantes y los ovnis que vemos tienen su origen en la tecnología creada en el III Reich. 

Es sabido que el III Reich realizó un buen número de misiones de exploración, la investigación científica (y pseudo científica) o arqueológica. Precisamente la simbología nazi está basada en las runas y su estandarte, la esvástica, ha sido utilizada en muchas culturas milenarias como la hindú o la antigua Roma. Los nazis buscaron supuestos "objetos de poder" como la Lanza del Destino o el Santo Grial que buscaron en España. Hicieron expediciones al Tíbet en busca del origen de la raza aria, estuvieron en el Ártico, el Polo Norte y hasta en el Amazonas

La fábula de la base secreta nazi en la Antártida
Entre finales de 1938 y primeros del año 1939 se realizó la expedición a la Antártida con el único motivo de controlar el territorio y así dominar la caza de ballenas (Alemania era el mayor consumidor de su aceite), establecer un puerto estratégico y realizar estudios meteorológicos. A partir de entonces se comenzó  a especular sobre la construcción de una base secreta y a la búsqueda de un punto de acceso a la tierra hueca, en donde, supuestamente, viviría una sociedad tecnológicamente avanzada que habría dado a Alemania la tecnología de los platillos volantes. Un par de años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial el ejército estadounidense había anunciado que llevaría a cabo una misión militar en la Antártida, la más grande hasta la fecha como “un intento del ejército norteamericano de destruir la base secreta nazi”. Los conspiranoicos afirman que el intento estadounidense fue un fracaso al ser derrotados por "platillos volantes" nazis. Asi que en 1958 Estados Unidos lanzó tres bombas atómicas sobre la base secreta nazi para arrasarla definitivamente.

Toda la teoría conspiranoica relacionada con la base secreta en la Antártida se originó a base de rumores, especulaciones y muchos hechos sacados de contexto. Es cierto que un buen número de nazis lograron escapar, al igual que otros se unieron a Estados Unidos a través de la Operación Paperclip. El caso más conocido es el de Wernher Von Braun, pieza fundamental para el programa espacial estadounidense.  

¿Es cierto que en 1947 los EEUU estuvieron en misión militar en la Antártida? ¿Lanzaron en 1958 bombas nucleares sobre las tierras heladas del Polo Sur? En 1947 se realizó la Operación Highjump. Fueron unas maniobras militares para mejorar las tácticas de combate en condiciones climáticas de frío extremo, ante una hipotética guerra con la Unión Soviética. Por entonces estaba empezando la Guerra Fría.

Respecto a las tres bombas atómicas lanzadas sobre la base secreta fueron realmente ensayos nucleares realizados a miles de kilómetros de la supuesta ubicación supuesto enclave oculto en el que fabricarían los "ovnis nazis".

En 1942 los alemanes realmente establecieron una base meteorológica a unos mil kilómetros del Polo Norte, que dos años después tuvieron que abandonar debido a una seria intoxicación al comer carne de oso polar. La base se llamó “Schatzgraber” (cazador de tesoros) y llevó a especular que su misión no era estudiar el clima si no más bien buscar de reliquias antiguas que pudieran tener poderes sobrenaturales.

Para saber más:
Hitler’s Antarctic base: the myth and the reality, de Colin Summerhayes y Peter Beeching

domingo, 13 de julio de 2025

El héroe más joven de la Resistencia francesa

Marcel Pinte, tenía tan solo 6 años cuando luchaba en la resistencia francesa contra los nazis y se ganó el respeto de los demás miembros de la resistencia. El pequeño Marcel tenía una gran capacidad para memorizar códigos y debido a su corta edad fue un correo excepcional.

El héroe más joven de la resistencia francesa
Apodado Quinquin, por una canción muy famosa de la época llamada “Le petit Quinquin”, era hijo de Eugène Pinte (alias Athos), un importante miembro de la resistencia en la región de Limoges, en el centro de Francia, que llegó a tener  1200 combatientes. Salía con su mochila escolar para transportar órdenes e información entre diversos grupos de resistencia cercana al pueblo de La Gaubertie, una aldea francesa perteneciente a Aixe-sur-Vienne, donde vivía.

En su casa de campo, ubicada en un lugar escondido, discreto y de difícil acceso se reunían guerrilleros de la resistencia y ocultaron a un paracaidista británico y a un operador de radio con el que se comunicaban con Londres.

Cuando en el verano de 1944 los aliados desembarcaron en Francia el grupo al que pertenecía el pequeño Marcel recibió una comunicación de Londres en la que les comunicaban que recibirían armas y pertrechos en paracaídas el 19 de agosto. Mientras esperaban al avión que les traía el material, una de las ametralladoras Sten se disparó por accidente y mató a Marcel, que recibió varios impactos.

El héroe más joven de la resistencia francesa
Marcel fue enterrado del día 21 con los honores de un combatiente y su féretro cubierto con la enseña francesa. Para evitar que la Gestapo investigara y descubriera a los guerrilleros se emitió un certificado de defunción falso. En Londres se enteraron del desafortunado incidente y en el siguiente envío los paracaídas eran negros en su honor.

Finalizada la guerra no figuró en el monumento a los caídos de su pueblo natal, pero en 1950 fue homenajeado oficialmente concediéndole el grado de sargento. En 2013 el gobierno francés le otorgó la tarjeta oficial para "combatientes voluntarios de la Resistencia". El 11 de noviembre de 2020, en el Día del Armisticio de la Primera Guerra Mundial, se honró su memoria en una ceremonia en Aixe-sur-Vienne, cerca de la ciudad de Limoges, en el centro de Francia. Oficialmente es el héroe más joven de la Segunda Guerra Mundial.

Su padre Eugène Pinte murió en 1951 y está enterrado junto a Marcel en el cementerio de Aixe-sur-Vienne.

Para saber más:
El Correo
Yahoo Noticias
El Confidencial
El Mundo
BBC