
¿Cómo fue posible ese "estado del bienestar", sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial? A pesar del enorme gasto que suponía el esfuerzo bélico, Hitler preservó el nivel de vida del ario medio a costa de las condiciones de vida de otros ciudadanos considerados inferiores.
Los más afectados por esa política fueron los judíos, a quienes antes de la guerra se le obligó a pagar por el simple hecho de ser judíos, una especie de "impuesto judío" que llegaba al 20% del patrimonio de los que tenían propiedades valoradas en más de 5000 reichmarks que al comenzar el conflicto aumentó hasta el 25%. En total el estado recaudó más de 1500 millones de reichmarks. Más avanzada la guerra se les expropió todo.

Otras medidas de explotación económica también se aplicaron en los territorios ocupados, cuya caja fue saqueada haciéndoles pagar gastos de guerra y apropiándose de sus recursos, principalmente los que beneficiaban a la industria bélica.
Del mismo modo que el estado nazi y sus jerarcas se transformaron en una máquina de pillaje, los alemanes corrientes se dejaron corromper y sobornar con ese "estado del bienestar".
En Alemania se llama Mitläufer a los ciudadanos que, por su indiferencia, conformismo, oportunismo o ceguera, se convirtieron en cómplices de los crímenes del nazismo. Dentro de este grupo se encuentran los abuelos de la periodista franco alemana Géraldine Schwarz:
Mi abuela no se afilió al partido nazi pero estaba fascinada por el Führer, sentía un amor abstracto por él. Mi abuelo se aprovechó de las medidas antisemitas para comprar a precio de saldo el negocio de un judío que acabó en Auschwitz junto a su familia. Y cuando tras la guerra el único descendiente de este que sobrevivió reclamó a mi abuelo, él no aceptó su responsabilidad.El origen de los peores crímenes de la humanidad es la indiferencia colectiva, porque los verdaderos verdugos son unos pocos. La indiferencia mata más que los criminales.
La mayoría de alemanes estaba de acuerdo con los juicios de Núremberg porque eso reducía los culpables a un centenar de personas, lo que limpiaba de culpa al resto de la sociedad alemana.
Para saber más:
Los amnesicos: Historia de una familia europea, de Géraldine Schwarz
La utopia nazi, de Götz Aly
Mi lucha, de Adolf Hitler
Mein Kampf, historia de un libro, de Antoine Vitkine
Los alemanes k no sabían del genocidio jajajaja por favor si fueron testigos de como maltratavan a los judios
ResponderEliminarSe sabía mucho más de los que luego afirmaron al perder la guerra. Tan cómplice es el que participa como el que sabiéndolo, calla.
ResponderEliminarParece,como si la historia se repitiera hoy día en muchos países,buen artículo,como todo lo que usted pública,felicitaciones
EliminarTristemente muchos elementos se repiten, parece que no aprendamos del pasado.
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