domingo, 18 de junio de 2023

El gaitero del Día D

Durante la Gran Guerra muchos soldados dejaron su vida en inútiles ataques a las trincheras enemigas atravesando la tierra de nadie entre alambradas, barro y cadáveres mientras sonaban la gaitas. En la Segunda Guerra Mundial, durante la batalla de El Alamein, la División Highland, del VIII ejército británico perdió 13500 hombres cebándose especialmente en los gaiteros que conducían a los soldados a la batalla. Eso llevó al ejército británico a prohibir su uso a partir de entonces, reconvirtiendo a muchos de los gaitero en camilleros.  

El gaitero del Día D
Hasta 1944 se había cumplido la orden, pero cuando llegó el día de cruzar el Canal de la Mancha hacia Francia un comando británico decidió que ese día era tan especial que las tropas debían desembarcar al son de las gaitas escocesas.

Ese comando era el brigadier Simon Fraser y quería un gaitero. En los Highlands Light Infantry encontró a Bill Millin que ya había se había adiestrado en los comandos con Frasier en campo de entrenamiento de comandos del castillo de Achnacarry, en Escocia. Para convencer a Millin de incumplir la prohibición Fraser le dijo: “Esa orden es de la Oficina de Guerra inglesa. Usted y yo somos escoceses, y no se aplica”.

Comenzaba la Operación Overlord y los soldados que desembarcarían en Normandía fueron subiendo a los navíos que le llevarían hasta Francia. Millin subió como lo hizo casi treinta años antes su padre. Vestía su kilt, el tradicional Dirk Sgian Dubh, la daga larga escocesa y su gaita. Algunos historiadores cuentan que llevaba un Sgian Dubh, un pequeño puñal de las tierras altas que se introducía en los calcetines.

El gaitero del Día D
La unidad de Millin desembarcó en el amanecer del 6 de junio en Sword Beach, en las proximidades de Ouistreham. Mientras sus compañeros de unidad caían segados por las ametralladoras alemanas, Millin recibió la orden de comenzar a tocar "Highland Laddie". Frente a ellos se encontraba la 716 división de infantería del Heer que les recibían con el mortal fuego de sus ametralladores y artillería.

En el momento de salir de la lancha infló el fuelle de su gaita y comenzó a tocar la melodía tan pronto tocó el agua. El resto de los soldados se quedaron sorprendidos. Los heridos lo miraban atónitos. Esperaban un sanitario y lo que se encontraban era un gaitero escoces. Los británicos no eran los únicos que se quedaron boquiabiertos. Los alemanes dejaron de disparar momentáneamente al oír la gaita de Millin, pero a los pocos segundos volvió el infierno a la playa.

La realidad no era tan épica. Millin se acercó a un grupo de soldados heridos. Mientras Millin se refugiaba tras un pequeño muro vio cómo un tanque avanzaba hacia los soldados heridos. Se levantó y agitó los brazos para que el blindado se detuviera. En el vehículo parecieron no verle y siguió avanzando. Pasó por encima de los pobres desgraciados aplastándolos bajos sus orugas

El gaitero del Día D
Como manda la tradición se movió entre las tropas intentando hacer sonar su gaita entre el sonido de las explosiones y las ráfagas de ametralladora para animarles en el combate y a pesar de ello ningún alemán disparó contra Millin todos pensaban que el escocés de la gaita se había vuelto loco. La última canción que Millin tocó en el Día D fue "The Nut-Brown Maiden" a petición de una niña francesa.

Tras el desembarco Millin y el resto de su unidad fueron al encuentro de la unidad de paracaidistas que habían tomado el puente Pegasus para ayudarles en la defensa del puente.

Bill Millin, tras avanzar por Holanda y Alemania sobrevivió a la guerra y falleció en 2010 a los 88 años. La gaita de que tocó durante los desembarcos del Día D se encuentra en el Museo Dawlish, cerca de Exeter junto a su gorra y el Kilt de su padre. Otra gaita que uso durante la guerra, ya que la del Día D sufrió algunos daños, está expuesta en el museo del Puente Pegasus. En 2013 se erigió una estatua de Millin a tamaño real en la playa Sword

La acción de Millin durante el Día D fue plasmada en la película El Día Más Largo (1962). 

Para saber más:

domingo, 11 de junio de 2023

Operaciones de engaño para el Día D

El Día D fue una operación de una envergadura colosal en la que participaron 156.000 soldados, 11.590 aviones y 6.939 buques aliados. La Operación Overlord, y específicamente Neptune, su fase inicial en la costa normanda, constituye hasta la fecha el desembarco más grande y complejo realizado en la historia de la guerra. 

Operaciones de engaño para el Día D
Tal numero de efectivos hizo que el Día D fuera un auténtico quebradero de cabeza de organización y cooperación, que implicó primero la llegada de millones de soldados estadounidenses a las islas británicas, meses de entrenamiento junto a los británicos y numerosos ejercicios de preparación, como la desastrosa Operación Tigre. Pero una auténtica pesadilla fue mantener una operación tan colosal en secreto y engañar a los servicios de información alemanes.

Entre estos planes de engaño se encontraba la Operación Fortitude que consistía principalmente en confundir a los alemanes haciéndoles creer que un posible desembarco se haría por el Pas de Calais, la parte más estrecha del Canal de la Mancha. En esa operación se creó un ejercito fantasma al mando del general Patton, así como diferentes operaciones de diversión para mantener al mayor numero de tropas alejadas del verdadero objetivo. Fortitude se dividió en dos. La principal era Fortitude Sur, que haría creer que el desembarco sería en Calais y en la que participó activamente el agente español Juan Pujol, y Fortitude Norte, que pretendía mantener a las tropas alemanas de ocupación en Noruega. 

Complementarias a Fortitude se realizaron otras operaciones de distracción como la Operación Copperhead, con la que se hizo creer en nuevos desembarcos en el Mediterráneo con el envió de un doble de Montgomery a Gibraltar.

Operaciones de engaño para el Día D
Durante el Día D y en las siguientes semanas los aliados se crearon toda clase de distracciones y engaños, en las que tambien participaron activamente las fuerzas de la Resistencia francesa, para apoyar las falsas informaciones creadas por la Operación Fortitude.

Para ellos se crearon tres operaciones aeronavales combinadas, llamadas Taxable, Glimmer y Big Drum que formaban parte de un plan más grande llamado Operación Bodyguard y que simulaban una flota de invasión que desembarcaría en Pas de Calais y Normandía. Taxable y Glimmer aumentaron la creencia de que la principal fuerza de invasión desembarcaría en  Calais, mientras que "Big Drum" se encargaría, en el flanco occidental del desembarco, de confundir a las fuerzas alemanas sobre el tamaño real de la operación aliada.

Operaciones de engaño para el Día D
Taxable y Glimmer se encargaron de simular una gran flota de invasión lanzado desde el aire señuelos que harían aparecer multitud de señales en los radares enemigos, aumentando la sensación de unidades de desembarco inexistentes. Estos señuelos eran principalmente tiras de aluminio lanzadas desde el aire por aparatos de la RAF. Por mar, pequeñas unidades navales arrastraban globos simulando un gran tráfico de radio, como el que produciría una gran fuerza de invasión. Entre las unidades aéreas que participaron en estas distracciones se encontraban los bombarderos del Escuadrón 617 "Dambusters" que destruyeron las presas del Ruhr a mediados de mayo de 1943. 

Big Drum tambien utilizó pequeñas unidades navales con globos que, además de las comunicaciones falsas, llevaban aparatos para crear interferencias manteniéndose a pocos kilómetros de la costa.

Operaciones de engaño para el Día D
El mal tiempo hizo que las operaciones Taxable, Glimmer y Big Drum fueran difíciles de realizar combinado elementos aéreos y navales. No está muy claro si fueron realmente efectivas aunque los aliados interceptaron mensajes alemanes en los que se hablaba de una flota de invasión en el Pas de Calais, así como informes de disparos de la baterías costeras hacia los señuelos. En un informe del 11 de junio sobre las operaciones de engaño se indicaba que las fuerzas alemanas estaban convencidas del falso tráfico de radio.

Simultáneamente al lanzamiento de las fuerzas paracaidistas se realizó la Operación Titanic en la que 40 aviones lanzaron tiras de aluminio como en Taxable y Glimmer, además de falsos paracaidistas explosivos que los alemanes interpretaron como una confirmación de que los desembarcos en Normandía eran una operación de diversión.

Puede que unas operaciones de engaño fueran más efectivas que otras pero lo que si está claro es que la Operación Overlord terminó siendo un éxito y que Hitler creyó durante mucho tiempo que el auténtico desembarco se realizaría por el Pas de Calais.

Para saber más:
El día D. La batalla de Normandía, de Anthony Beevor 

domingo, 4 de junio de 2023

Las 1000 grullas de Sadako Sasaki

El 6 de agosto de 1945, Sadako Sasaki era una niña de tan solo 2 años, que vivía en la ciudad japonesa de Hiroshima cuando se desató el infierno en la tierra.

Las 1000 grullas de Sadako Sasaki
A primera hora de la mañana de ese mismo día se detectó que unos aviones se acercaban a la ciudad a la vez que las gentes se afanaban en sus tareas cotidianas. A las ocho y cuarto uno de los aviones lanzó una bomba que produjo la destrucción de la ciudad. La inmensa explosión nuclear segó la vida de alrededor de 100.000 personas, y miles más perdieron la vida después, por las quemaduras, el shock o por envenenamiento debido a la radiación. En la distancia se podía ver una nube con forma de hongo de doce kilómetros de altura en donde antes estuvo Hiroshima. Este era el inicio de horror nuclear.

Las 1000 grullas de Sadako Sasaki
La pequeña Sadako, tras salir despedida por la ventana, sobrevivió a la explosión convirtiéndose en lo que se conoce en Japón como hibakushas, pero junto a su madre estuvieron expuestas a la lluvia radiactiva. Un lluvia viscosa de color negro que se les quedaba pegada. Con once años de edad los médicos le diagnosticaron que padecía Leucemia como consecuencia a la exposición a la radiación. Mientras estaba convaleciente en el hospital su compañera de habitación le relató la leyenda de las mil grullas de papel que cuenta que si se confeccionan con la técnica ancestral del Origami (papiroflexia) los dioses pueden conceder cualquier cosa que se desee. 

Sadako lo tuvo claro, tenía que curarse. No sabía cuanto tiempo le quedaba (los médicos estimaron un año como máximo) pero invirtió todo el tiempo que pudo en fabricar sus mil grullas de papel. Finalmente, la muerte la visitó el 25 de octubre de 1955, cuando tan solo había logrado crear 644. Sus compañeras del colegio hicieron las restantes y las enterraron con ella.

Según el testimonio del padre de Sadako, Shigeo Sasaki, en agosto de 1955 logró su objetivo pero continuó plegando papel hasta llegar a las 1400 grullas y las guardó en su casa. Las mil figuritas plegadas que se enterraron con la niña fueron las realizadas por sus compañeras

Las 1000 grullas de Sadako Sasaki
Para los japoneses las grullas son un símbolo de salud y paz. Cada "Día de la Paz", el 6 de agosto, llegan a Hiroshima miles de grullas de papel de todos los rincones del planeta para recordar la catástrofe humana que supusieron las bombas de Hiroshima y Nagasaki y transmitir un mensaje de paz y esperanza. En la base de la estatua de Sadako, en Hirosima, se puede leer "Este es nuestro grito, es nuestra plegaria: que haya paz en el mundo"

Para saber más:
Sadako y las mil grullas de papel, de Eleanor Coerr