domingo, 14 de julio de 2024

El archivo nazi de las brujas

La investigación esotérica y ocultista llevada a cabo por los nazis fue impulsada principalmente por Heinrich Himmler, el Reichsführer de las SS y la Ahnenerbe era la encargada de realizar cualquier estudio que demostrase el origen ancestral de la raza aria alemana. Las investigaciones sobre el ocultismo llevaron a la creación, en 1935, de un proyecto y un archivo llamado Hexenkartothek u Orden especial H. Este archivo de las brujas recopilaba todos los registros e informes relacionados con la caza de brujas realizada a partir de la Edad Media.

El archivo nazi de las brujas
Se sabe que Himmler era un gran creyente de las ciencias ocultas y posiblemente todo venga de una historia familiar. Un antepasado suyo fue acusado de culto al diablo y quemado en la hoguera a mediados del siglo XVII. Con esta historia familiar a sus espaldas quiso demostrar que las iglesias católica y luterana, con la quema de brujas, había pretendido eliminar el pasado milenario y las tradiciones germanas. A mediados del siglo XIX se inventó el mito de que habían muerto en la hoguera nueve millones de brujas y los nazis lo aprovecharon. En realidad, las víctimas en Alemania fueron unas 25.000, cuando el total no supera las 60.000 en todo el continente europeo.

El archivo nazi de las brujas
El archivo de las brujas también tuvo su origen, se inspiró en las investigaciones que llevó a cabo el principal ideólogo de las teorías raciales del nacionalsocialismo, Alfred Rosenberg. Este afirmaba que la caza y quema de brujas era una confabulación judía diseñada para exterminar la femineidad alemana. De hecho, rechazaba frontalmente el cristianismo por sus raíces hebreas, lo que no impidió que promoviera el llamado "cristianismo positivo", que establecería una transición del cristianismo a una nueva religión nacionalsocialista que iría transformando tradiciones sociales como la Navidad o la Pascua cristiana. Rosenberg creó el "Instituto para el Estudio de la Cuestión Judía" que investigaba la influencia judía en la cultura alemana para combatirla. A este organismo fueron a parar multitud de documentos sustraídos durante la "noche de los cristales rotos".

El archivo nazi de las brujas
Otro oscuro personaje que sirvió de impulso para el archivo fue Otto Höfler, miembro de la Ahnenerbe y desde 1936 perteneció al Consejo Asesor del Instituto Reich para la Historia de la Nueva Alemania (Reichsinstitut für Geschichte des neuen Deutschlands). De 1938 a 1945 tuvo la cátedra de estudios alemanes, folclore alemán y estudios nórdicos en la Universidad de Múnich. Anteriormente, realizó estudios pseudocientíficos que buscaban huellas en los vestigios lingüísticos y folclóricos que afianzaran espíritu alemán. Conceptos que regían gran parte del ideario nacionalsocialista. Höfler, además, sostenía que quienes practicaban la brujería ancestral germana eran auténticos guerreros que defendían sus tradiciones heredadas y que eran un modelo de la más rancia tradición alemana.  

La investigación del Hexenkartothek, dirigido por el SS-Untersturmführer Rudolf Levin, revisó hasta 1943, más de 250 registros documentales y bibliotecas en la búsqueda de cualquier información relativa a los juicios por brujería en Europa desde la Edad Media en adelante para reafirmar la tesis de la eliminación sistemática de la cultura y tradición germana por parte de la iglesia. 

Las investigaciones no podrían llevar a ninguna parte, pues los juicios y las ejecuciones de brujas en Alemania fueron llevadas a cabo, casi en su totalidad, por tribunales seculares. La brujería no era algo exclusivo de las mujeres: una de cada cuatro víctimas de la caza de brujas fueron hombres y la persecución no tuvo lugar solo en la Edad Media. Entre los siglos XVI y XVIII se produjo la caza más brutal. Cuando fue quemado el antepasado de Himmler.

Para saber más:
La caza de brujas de Himmler, de Joel Harrington. Historia Hoy, n.º 69
English Witches and SS Academics: Evaluating Sources for the English Witch Trials in Himmler’s Hexenkartothek
El País
Muy Historia
AC Prensa

domingo, 30 de junio de 2024

La Muralla del Estrecho de Franco

En la zona del Campo de Gibraltar se encuentra una línea defensiva que se conoce, desde 2014, como la Muralla del Estrecho. Esta serie de construcciones militares del litoral gaditano, van desde San Roque hasta el cabo Roche, en Conil. 

La muralla del Estrecho de Franco

Formada por una serie fortificaciones como nidos de ametralladoras, casamatas contra-carro y fortines de fusileros, se construyeron antes del comienzo oficial de la Segunda Guerra Mundial, por orden del Generalísimo Francisco Franco ante la posibilidad de un ataque por parte de británicos o franceses. Para su construcción se utilizaron unos 15.000 presos republicanos, encuadrados en Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores, dentro del plan de redención de pena por el trabajo. Este plan, que comenzó antes de finalizar la guerra civil, consistía en reducir en un día de pena redimida por cada dos días de trabajo, aunque tras el conflicto civil se modificó a dos días de condena por cada día trabajado.​ A estos presos se sumaron unidades de zapadores del ejército y otros trabajadores civiles.

La muralla del Estrecho de Franco
En el Campo de Gibraltar se encuentran más de 500 fortines a lo largo de la costa, en la que la población de San Roque es en la que más elementos defensivos reúne, con un centenar de búnkeres, mientras otros apenas tiene uno o ninguno. Obsoletos, estuvieron poco tiempo en servicio y en ningún momento llegaron a entrar en combate. Se diseñaron principalmente para albergar cañones ligeros anticarro, como los Ansaldo y los PaK 35-36 alemanes, que se mostraron poco eficaces ante los blindados. Tras abandonarse su finalidad militar, algunos fueron usados como alojamiento por familias que no podían acceder a viviendas dignas y otros usos como almacenes.

La muralla del Estrecho de Franco
Algunas de las fortificaciones más características se pueden ver, por ejemplo, en antes citado de San Roque especialmente por Sierra Carbonera. En Tarifa, la mayor concentración se encuentra en la Isla de Las Palomas y en las proximidades del Castillo de Santa Catalina. En Algeciras, por la playa de Getares aparecen más de cinco búnkeres y en el Parque del Centenario hay unos cuantos nidos de ametralladoras. En Los Barrios hay un fortín en la playa de Palmones y en Guadacorte, por el Barranco de Cañada Honda podemos ver otro muy bien camuflado entre las rocas. Si visitamos La Línea, podemos encontrarnos más construcciones militares en el Parque Princesa Sofía, el Fuerte de Santa Bárbara o el Museo del Itsmo.

La muralla del Estrecho de Franco
Estas fortificaciones se unieron a las que quedaron de la guerra civil española, con lo que se multiplicaron estos elementos defensivos de hormigón en las costas españolas y por la frontera con Francia en los Pirineos, a la que se llamó Línea P, ordenada construir el 1 de febrero de 1939. Menos conocido es que se dieron instrucciones para establecer posiciones enmascaradas de defensa en las zonas fronterizas de Guipúzcoa, Navarra y oeste de Huesca.

Quiero dar las gracias al Instituto de Estudios Campogribraltareños por el libro Fortines del Sur. Zona Oriental y la gran labor que realizan por la divulgación de la historia del Campo de Gibraltar.

Para saber más:
Fortines del sur. Zona oriental, del Instituto de Estudios Campogribraltareños y coordinado por Ángel Sáez Rodríguez

domingo, 16 de junio de 2024

Los árboles voladores

Las imágenes que ilustran este artículo fueron tomadas por el fotógrafo finés Osvald Hedenström en 1941. Parecen mostrar algo inaudito: Árboles que vuelan sobre una carretera. Pero no es lo que parece. Es todo una ilusión óptica.

Los árboles voladores
Un hecho bastante conocido es como los estadounidenses consiguieron camuflar toda una factoría en la que se fabricaban aviones para que pareciese una parte de una ciudad. Se construyeron casas falsas, calles falsas y ciudadanos falsos. Durante la guerra, se crearon, además, casas falsas que camuflaban búnkeres, falsos ejércitos de cartón-piedra y goma, o se pintaban barcos, tanques o aviones para que no fueran visibles para el enemigo. Y lo que vemos en las fotos es un ejemplo más de camuflaje. 

Estas imágenes fueron tomadas en Finlandia, un país cubierto en su gran mayoría por árboles, durante la llamada Guerra de Continuación, y el país nórdico necesitaba fotógrafos para su propaganda. Hedenström se dedicaba al fotoperiodismo, acababa de casarse y había fundado su propia agencia fotográfica. Entre sus colegas, se hizo muy conocido por usar todo tipo de trucos para conseguir  originales instantáneas. A comienzos del verano de 1941, formaba parte de una unidad finlandesa bajo mando alemán cuando se encontró bajo los árboles colgados. Los fineses supieron aprovechar que más dos tercios de su superficie está cubierta de árboles. En lugar de usar redes de camuflaje, decidieron utilizar árboles para esconderse del enemigo. Estaban acostumbrados a la naturaleza y supieron aprovechar el bosque.

Los árboles voladores
Lo que resulta paradójico es que desde la carretera los árboles y las ramas parecen levitar y no aparentan camuflar nada. La respuesta está principalmente en la perspectiva. Los militares fineses colocaron árboles a lo largo de las carreteras de manera estratégica, sujetos por unos cables a unos postes colocados a los lados. Esta carretera es el camino a Raate, a unos 10 kilómetros de la frontera soviética, donde había una torre de vigilancia. Desde ese punto de observación, la línea que formaban estos árboles voladores se percibía de forma ininterrumpida, lo que impedía que el enemigo pudiera ver con claridad la carretera o sus puntos de acceso. Esta táctica de camuflaje se extendió a una gran variedad de equipos militares, desde tanques hasta simples bicicletas, pasando por navíos de guerra o aeródromos. Lo mismo hicieron con nieve, utilizando sábanas blancas como camuflaje, haciendo que se mimetizaran con el entorno. 

Osvald Hedenström
Continuando con las curiosidades, cuando Finlandia se rindió a la URSS en septiembre de 1944, Osvald Hedenström tomó algunas fotografías muy importantes en la historia de Finlandia. La más conocida fue la que hizo el 1 de noviembre de 1945 en Helsinki, cuando los dirigentes fineses se enfrentaban a juicios por sus responsabilidades durante la guerra al ser considerados aliados de la Alemania nazi. El tribunal había prohibido que se realizaran fotografías y Hedenström se las ingenió para colarse en una estancia que daba a la sala del tribunal. Taladró un agujero en la pared de madera con su cuchillo y capturó la única imagen que existe de ese juicio.

Para saber más:
Gizmondo
La Piedra de Sisifo
Atlas Obscura
Periodismo
Computer Hoy