domingo, 26 de mayo de 2019

Esvásticas en el Amazonas

En el interior de la selva amazónica brasileña, se encuentra una tumba marcada por una gran cruz de madera y tres metros de altura con una esvástica grabada, en un cementerio cerca del remoto puesto fronterizo de Laranjal do Jari, un largo río amazónico brasileño, afluente del río Amazonas. En la cruz se puede ver grabada una inscripción en alemán:
Joseph Greiner murió aquí de fiebre el 2 de enero de 1936, durante un servicio alemán de investigación. Expedición alemana del Amazonas Jari 1935-37.
Esvásticas en el AmazonasEsta es una historia muy poco conocida de la exploración del Infierno Verde amazónico.

Entre 1935 y 1937, un equipo de exploradores del III Reich estuvo en la región, a las ordenes del zoólogo y documentalista, miembro de las SS, Otto Schulz-Kampfhenkel. El equipo viajó a Brasil a realizar investigaciones de antropología, arqueología, topografía y medio ambiente. Era el "Proyecto Guyana".

A su llegada cortaron su camino a través de la selva alrededor de la frontera de Brasil con la vecina Guayana Francesa. Tomaron para la investigación cráneos de animales, restos arqueológicos y estudiaron la topografía a lo largo del río Jari, un afluente de 800 kilómetros del gran río Amazonas.

Pero las cosas se complicaron para los exploradores desde el comienzo. La expedición disponía un hidroavión Heinkel He72BW Seekadett, pero capotó tras golpearse contra un tronco flotante sólo un par de semanas después de que la expedición comenzara, según informó un diario brasileño de la época.
Entonces se vieron en la necesidad de depender de los nativos para sobrevivir y encontrar su camino a través de la selva.

Esvásticas en el AmazonasEl paludismo y otras enfermedades los diezmaron. Schulz-Kampfhenkel enfermó de difteria y una fiebre desconocida acabó con la vida de Joseph Grenier. La expedición fue abandonada, y hoy sólo queda en la selva la cruz que recuerda en homenaje a Grenier y su expedición.

A su vuelta de Brasil, en Alemania, los exploradores fueron recibidos como héroes. Sobre la expedición se elaboró el informe "Rätsel der Urwaldhölle" (Misterios de la Selva), que fue editado en 1938 como un libro. Tambien se produjo una película documental con el mismo titulo que tuvo bastante éxito.

En 1940, Himmler le encomendó que preparara un nuevo proyecto en la selva amazónica.
Una expedición militar alemana debía llegar al norte de Brasil y desde allí, ayudados por los indígenas con los que estuvieron en la anterior expedición apoderarse de la Guyana francesa y las colonias holandesas y británicas (Surinam y Guyana). Schulz-Kampfhenkel consideraba que establecer posiciones alemanas en Sudamérica reduciría la influencia de los Aliados en el subcontinente. Además de que podría ser un asentamiento para un pueblo dominante ario. Finalmente, Himmler paralizó la operación muy probablemente porque la Guyana Francesa ya había caído en manos del régimen colaboracionista de Vichy.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Schulz-Kampfhenkel se dedicó a diversas investigaciones geográficas por África y Europa.

Para saber más:
Das Guayana-Projekt: Ein deutsches Abenteuer am Amazonas, de Jens Glüsing
New York Times
Deutsche Welle
Spiegel
Monografias

viernes, 17 de mayo de 2019

El silencio aliado sobre la masacre de Katyn

En el mes de abril de 1940 casi 4500 soldados e intelectuales polacos fueron fusilados y enterrados en una fosa común en las proximidades de la ciudad de Smolensk, en el bosque de Katyn.

Masacre de Katyn
Esta fue una de las múltiples masacres que fueron realizadas por orden del sanguinario Lavrenty Beria a través del NKVD, que el controlaba, y autorizadas personalmente por Stalin.

Igual que su antagonista Hitler, Stalin quería eliminar cualquiera que tuviera la posibilidad de animar a la población a organizarse para resistir a las fuerzas de ocupación. Hay que tener en cuenta que en esos momentos Polonia estaba dividida en dos entre Alemania y la Unión Soviética. El NKVD ejecutó además de los 4000 de Katyn a otros 11000 soldados y otros 6000 civiles en lo que se consideró, por ser el caso de Katyn el primero en descubrirse, como las masacres de Katyn.

En 1943, tres años después de cometerse los crímenes del bosque de Katyn, en el mismo mes de abril, y tras romper Hitler el pacto con Stalin dos años antes e invadiera la Unión Soviética, los alemanes abrieron las fosas y exhumaron los cadáveres. Durante la exhumación hallaron pruebas que implicaban directamente a los soviéticos. La propaganda nazi se aprovecho de ello e infló la cifra hasta los 10000. Los rusos desmintieron los hechos y culparon del crimen a los alemanes.

Masacre de Katyn
Documento con la autorización de Stalin (1ª firma, en azul).
Los servicios de inteligencia británicos opinaban igual que el gobierno polaco exiliado en Londres. Ambos sospechaban que los soviéticos querían eludir su responsabilidad en la masacre culpando a los alemanes de falsear las pruebas.

El representante británico ante el gobierno polaco en el exilio, Owen O´Malley redactó un informe secreto que tenía como conclusión que los responsables claros eran los soviéticos, pero a la vez opinaba que los gobiernos británico y estadounidense debían echar tierra sobre el asunto ante la urgente necesidad de establecer "relaciones cordiales" con la Unión Soviética.

El informe lo reenvió el primer ministro Winston Churchill al presidente Franklin D. Roosevelt pidiéndole que se la devolviera para evitar que se filtrara a los medios extraoficiales. En el informe Churchill anotó: "Una historia lúgubre pero bien escrita, tal vez demasiado". La responsabilidad de los alemanes resultaba admisible, teniendo en cuenta de que eran el enemigo común.
Por supuesto Roosevelt tampoco quería enemistarse con su aliado del Este y nunca mencionó el informe de O´Malley.

Aún hoy hay historiadores que mantienen la versión soviética de los hechos a pesar de que en 1990, por orden de Mijaíl Gorvachov se empezaron a desclasificar documentos que desvelaban que las masacres fueron autorizadas desde los más altos estamentos de Moscú. Entre los documentos se hallaba una orden firmada por Stalin y otros líderes soviéticos que llevó a la muerte de más de 20000 prisioneros de guerra polacos. Los miembros del Politburó que aprobaron la matanza de Katyn, fueron, además de Lavrenti Beria, el principal ejecutor de las ordenes: Lázar Kaganovich, Mijail Kalinin, Viacheslav Molotov y Kliment Voroshilov.

A pesar de que en 1990 reconoció la matanza, desde 2005 el gobierno ruso mantiene que no fue un acto de genocidio sino un acto de guerra ya prescrito. En 2004 Vladimir Putin detuvo toda la investigación impulsada por Gorvachov en virtud de una disposición secreta de la Fiscalía Militar que la establecía como alto secreto. Hasta hoy se siguen sin aclarar debidamente los hechos y los culpables.

Para saber más:
Manipulando la Historia, de Eric Frattini
Katyn: Stalin's Massacre and the Seeds of Polish Resurrection, de Paul Allen
Libertad Digital
Cold War Museum
Archivos Federales Rusos
El País
La Vanguardia

martes, 7 de mayo de 2019

Stolpersteine en Madrid. Una piedra un nombre

Cuando queda poco más de un año para que se cumplan ochenta años del llamado Convoy de los 927, uno de los primeros envíos de republicanos españoles a los campos de concentración alemanes, ha estado en Madrid Günter Demnig, el creador del proyecto Stolpersteine.
Stolpersteine, "tras(pie)dras", nació cuando se pintaban de blanco los adoquines en frente de la última morada conocida de los deportados a los campos de concentración nazis y que en 1992 se convirtió en la instalación de los pequeños bloques de cemento con una de sus caras de latón con la inscripción del nombre y el fatal destino de una víctima del nazismo. Desde sus comienzos se ha colocado más de 72.000 por todo el mundo. En Alemania hay más de 30.000, en Berlín 7.876 adoquines.

Tras pasar por 24 países, llegó a España, y gracias al trabajo incansable de Isabel y Jesús llegó a Madrid con la instalación inicial de 12 Stolpersteine, de las que el propio Günter Demnig solo ha podido colocar 8 debido a la gran cantidad de peticiones que recibe.

La historia familiar de Demnig, está relacionada con España. Con 17 años descubrió que padre fue miembro de la Legión Cóndor, que bombardeó Guernica y que fue parte del apoyo que dio  Hitler a los alzados. "Nunca más conseguí hablar de eso con mi padre".

La mañana del 26 de abril Demnig colocó las piedras de Enrique Calcerrada, en el 20 de Bravo Murillo; la que recuerda a Andrés Fariñas en Viriato número 2 y en Virtudes 22 la de Pedro Díaz. En las calles de Ponzano 44, Espronceda 7, Francos Rodriguez 104, Pino Baja 3 y Nenúfar, 6 se instalaron las de José Bello, Antonio Zurita, Eufemio García, Eusebio Gónzález y Gregorio Rebollo. Por la tarde colocó la de Melchor Antuñano, en la plaza de la Constitución del municipio de Moralzarzal.

El 29 se continuó con los homenajes instalando 4 Stolpersteine provisionales (hasta que Demnig haga las definitivas) en el número 150 del Paseo de Extremadura y en las calles de José Antonio Armona 4, Mesón de Paredes 60 y Huerta del Bayo 5, que recuerdan a José Fontanet, Pablo Agraz, Manuel García y Juan Antonio García. Para finalizar se celebró una mesa redonda sobre el proyecto Stolpersteine en Madrid, con familiares de deportados en el Centro Cultural Puerta de Toledo.

Hoy solo quedan con vida seis españoles: Vicente García, José Manuel García Peruyera, que estuvieron en Buchenwald; Lázaro Nates, Siegfried Meir, Juan Romero que pasaron por Mauthausen, el conocido como campo de los españoles y Conchita Grangé que sufrió el cautiverio en Ravensbrück. Solo seis de los miles de españoles que fueron deportados a los campos de concentración nazis. En Ravensbrück tambien estuvo Neus Català que falleció el 20 de abril, con 103 años.

Las primeras Stolpersteine llegaron Cataluña, al municipio barcelonés de Navás, donde se instalaron en septiembre de 2015. Desde entonces se han colocado 112 piedras a otros tantos deportados en 18 localidades españolas. Tras la colocación de las 12 de Madrid el proceso habrá de continuar para homenajear a casi 450 madrileños y madrileñas más. Aún se espera por el prometido memorial a los deportados a Mauthausen en Madrid, aunque en la Ciudad Universitaria hay un pequeño monumento a los españoles victimas del Holocausto.

La historia de uno de ellos, Pedro Díaz Clemente, deportado a Mauthausen el 27 de enero de 1941, trasladado a Gusen el 17 de febrero de 1941 y gaseado el 18 de diciembre de 1941, es prácticamente la misma para todos los deportados: luchadores por la república española, obligados a huir de España y pasar calamidades en los campos de "refugiados" franceses para terminar abandonados por el gobierno del dictador Francisco Franco y deportados a los campos de concentración nazis y marcados con el triangulo azul de los apátridas. La mayoría de ellos no volvieron con vida.

El mismo día 26 el Consejo de Ministros, presidido por el Presidente Pedro Sánchez, acordó que el 5 de mayo fuera instaurado el "Día del Homenaje a los españoles deportados y fallecidos en Mauthausen y en otros campos, y a todas las víctimas del nazismo de España", coincidiendo la la fecha de la liberación del campo de Mauthausen, donde estuvieron internados 7.532 españoles de los que 4.816 murieron. 9.328 españoles, según constancia en documentos nazis, estuvieron presos en campos de concentración. Murieron 5.185, 3.809 lograron sobrevivir y 334 están desaparecidos.

Desde aquí quiero dar las gracias a todos y cada uno de los que han hecho posible este merecido reconocimiento, en especial a Isabel y Jesús (@IStolpersteine) por su cariño y dedicación. También quiero mandar un abrazo a Jorge Díaz, sobrino nieto de Pedro Díaz Clemente.

Triste revisión (09/05/2019):
Ha fallecido a los 94 años, Vicente García,  el último de los españoles de Buchenwald. Que la tierra le sea leve.

Para saber más:
Deportados
Ser Guadalajara
Portal de Memoria Histórica
Ayuntamiento de Madrid
Telemadrid
ABC
La Vanguardia
El País
Público
Wikipedia