domingo, 21 de abril de 2024

Los tranvías de Hiroshima

El 6 de agosto de 1945, la ciudad de Hiroshima quedó totalmente devastada tras la explosión atómica de la bomba Little Boy lanzada desde el bombardero estadounidense Enola Gay, pero un elemento fundamental de la ciudad tardó solo tres días en estar de nuevo en marcha. El mismo día que caía la segunda bomba atómica sobre Nagasaki. Gran parte de la red de tranvías empezó a funcionar y se convirtió en el transporte principal para la evacuación y comenzar a restablecer los servicios de la ciudad.

Los tranvías de Hiroshima
Junto a la Cúpula Genbaku y a los árboles Hibakujumoku, los tranvías de Hiroshima, son un auténtico símbolo de la ciudad y el testimonio de la resistencia del pueblo japonés que inmediatamente después se pusieron manos a la obra en el auxilio a las víctimas del bombardeo y a la reconstrucción de la ciudad, igual que sucedió en Nagasaki pocos días después. El tranvía se convirtió en un "símbolo de renacimiento tras la tragedia" y ayudó a la moral de una población que había sufrido un auténtico infierno en la tierra.   

En noviembre de 1912, tres líneas de la red de transporte urbano por raíles comenzó a funcionar en la ciudad de Hiroshima en 1912 y durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército japonés exigió que las líneas tuvieran conexiones directas con las estaciones de tren y las instalaciones navales con el fin de facilitar el trasporte militar. Se construyeron otras dos líneas, que se convirtieron en las líneas 5 y 6 (actualmente son nueve líneas). 

Los tranvías de Hiroshima
Por el ataque se destruyeron o averiaron seriamente casi la totalidad de los 123 tranvías, quedando parcialmente operativos solo 15 de ellos. Aún hoy, algunos de aquellos viejos tranvías siguen funcionando. La Hiroshima Electric Railway, se encarga de cuidar con mimo sus "Clase 650", fabricados en 1942. De estos aún hoy sobreviven los modelos 651, 652, 653 y 654. Son los "hibaku-densa", los tranvías que sobrevivieron al bombardeo atómico.

Cualquier mañana, en días laborables, por las calles de Hiroshima, nos podemos encontrar con el 651 y el 652 compartiendo vías con los modelos más modernos, mientras que el 653, que fue restaurado en 2015 a su apariencia original en gris y azul, solo se usa en acontecimientos especiales. Estos tranvías todavía circulan como testimonio vivo del horror vivido, de que a pesar de lo sucedido, la vida continúa y como símbolo de paz. El 654 se puede ver en el Museo del Transporte de la ciudad.

Para saber más:
El País
BBC
Wikipedia
En el Subte
Exordio
Heraldo

domingo, 7 de abril de 2024

Tamerlán y el destino de la URSS

Stalin, el dictador soviético, tenía una obsesión: quería hacerse con los restos del famoso conquistador mongol del siglo XV Amir Timur Gorgan, más conocido como Tamerlán. La intención era presentar la evidencia que mostrara que los soviéticos eran descendientes de tan temible estirpe mongola y los legítimos dueños de Asia Central.

Tamerlán y el destino de la URSS
Durante la segunda mitad del siglo XIV. el sucesor del gran Gengis Khan, convirtió en cenizas miles de poblaciones creando un vastísimo imperio a un coste brutal de 17.000.000 de vidas humanas, el 5% de la población de entonces. El imperio Timúrida, abarcó los territorios de los actuales Afganistán, Irak, Irán, India, Kazajistán, Kirguizistán, Kuwait, Pakistán, Rusia, Siria, Turkmenistán, Turquía y Uzbekistán. Intentó hacerse con la China de la dinastía Ming (la de los famosos jarrones) pero no lo consiguió.  La enormidad de China complicó muchísimo la invasión: escaseaban los suministros y las comunicaciones eran muy complejas. Todo complicado aún más por el duro invierno. Tamerlán para entonces estaba mayor: tenía 68 años y terminó muriendo tras una enfermedad. Fue enterrado en el gigantesco Mausoleo de Gur-e Amir (tumba del rey), en Samarcanda, la capital de Timúrida y que hoy está en Uzbekistán.  

La obsesión de Stalin por encontrar la tumba de Tamerlán le venía de tiempo atrás. El principal motivo es que era un héroe que que personificaba el gran espíritu de lucha y resistencia de los soviéticos. También creía que encontrar el lugar de descanso del emperador mongol aportaría riqueza para la URSS ya que se pensaba que ocultaba grandes tesoros. El 19 de junio de 1941, se abrió el sepulcro. Los restos, embalsamados con almizcle, agua de rosas y paños de lino estaban dentro de un ataúd de madera de ébano. Como sucede con las momias egipcias, la tumba de Tamerlán también tiene una historia de maldición, que afirma que: "Aquel que abra esta tumba se enfrentará a un enemigo más cruel que yo" , despertará a los demonios de la guerra, y que el temido conquistador mongol regresará de entre los muertos.

Tamerlán y el destino de la URSS
Un equipo forense, dirigido por el del antropólogo Mikhail Gerasimov, debía confirmar la creencia de Stalin sobre su parentesco con Genghis Khan y si se podía emparentar con Stalin y los soviéticos. A pesar de que el encargado del mausoleo insistió la maldición y les rogó que no profanaran la tumba, la orden de Stalin era inapelable. Frente a unas cámaras que lo filmaban todo, Gerasimov abrió la tumba y levantó el cráneo de Tamerlán. Las imágenes fueron enviadas inmediatamente a Stalin.

Tamerlán y el destino de la URSS
Los restos fueron trasladados a Moscú, donde fueron analizados. Partiendo de los restos del cráneo Gerasimov reconstruyó el rostro de Tamerlán. También se dictaminó que tuvo una estatura de 1,72m, cojera y el brazo derecho ligeramente atrofiado por una antigua herida de guerra.

Según contó uno de los camarógrafos que filmaron la exhumación el general Gheorgi Zhúkov pudo convencer a Stalin de que lo mejor era que devolviera los restos de Tamerlán a su tumba, por el bien de la Unión Soviética. Finalmente, los restos de Tamerlán volvieron a Samarkanda.  

¿Casualidad? o ¿no? La Operación Barbarroja comenzó tres días después de abrirse la tumba. Stalin, no creía que Hitler le traicionaría, pero así fue. Le costó creerlo. Cuando se le confirmó la invasión alemana quedó abatido. Otro hecho que parecía refrendar la maldición fue que tras volver Tamerlán a su lugar de descanso el VI Ejército germano falló en su intento de hacerse con Stalingrado cuando parecía que iba a lograrlo.    

Para saber más:
100 historias secretas de la Segunda Guerra Mundial, de Jesús Hernández
National Geographic
El Mundo
La Brújula Verde
ABC
La Vanguardia

domingo, 24 de marzo de 2024

La operación más audaz de la Segunda Guerra Mundial

Durante la Segunda Guerra Mundial se llevaron a cabo diversas y arriesgadas misiones, pero la Operación Jaywick, fue un audaz plan aliado que fue un éxito. La planificación y la osada ejecución de una incursión de más de tres mil doscientos kilómetros a través de las líneas enemigas no tenía precedentes.

La operación más audaz de la Segunda Guerra Mundial
El SOA (Special Operations Australia), que se creó en marzo de 1942, trabajaba de forma encubierta bajo la tapadera del Departamento de Servicios Inter-Aliados (IASD) en Melbourne. En la organización trabajaban varios miembros británicos del SOE que habían escapado del Singapur ocupado por los japoneses. En el mes de junio, se organizó una unidad de comandos denominada Unidad Especial Z, posteriormente se conoció como Fuerza Z formada principalmente por tropas australianas aunque entre ellos había algún británico. Su misión era el reconocimiento y sabotaje detrás de las líneas enemigas. 

En 1943, el capitán de los Gordon Highladers, Ivan Lyon y el civil australiano Bill Reynolds, crearon un audaz plan para atacar a la marina japonesa. en el puerto de Singapur. 

El entrenamiento fue organizado y llevado a cabo por Lyon y el Capitán Davidson en Camp X, una zona inaccesible a lo largo del río Hawkesbury en Nueva Gales del Sur. Para el largo viaje se usaría un pesquero costero japonés que poseía Reynolds llamado Kofuku Maru, que había utilizado para evacuar refugiados de Singapur. Para la misión fue rebautizado como Krait, por una pequeña y mortal serpiente asiática. 

La operación más audaz de la Segunda Guerra Mundial
Los 14 de la Fuerza Z, formado por once australianos y tres británicos, partieron el 2 de septiembre de 1943 de Australia para llegar a Singapur, que se encontraba ocupada por los japoneses. Navegaron miles de kilómetros en el pesquero a motor Krait. Durante su larguísimo viaje los hombres tuvieron que vestir pareos y tener la piel pintada, para que pudieran pasar por pescadores malayos. 

La noche del 24 de septiembre llegaron a las costas de Singapur, anclaron su pesquero y seis comandos remaron 50 kilómetros unas canoas plegables para esconderse en una cueva en una pequeña isla cerca del puerto. En la noche siguiente remaron hasta el puerto de Keppel en sus canoas ocultos por la oscuridad. Allí, colocaron minas lapa con temporizadores en los barcos japoneses antes de volver a sus escondite. Al día siguiente, resultaron gravemente dañados o hundidos seis barcos mercantes japoneses, con un peso total de unas 40.000 toneladas. Escondidos en la cueva esperaron a que se calmara todo y unos días después regresaron al Krait.

La operación más audaz de la Segunda Guerra Mundial
El 19 de octubre, los 14 hombres regresaron sanos y salvos a Exmouth, Australia Occidental, tras un viaje de 48 días, aunque se toparon en el estrecho de Lombok con un buque de guerra japonés, que navegó junto a ellos unos 20 minutos. Durante el encuentro la tripulación estuvo a punto de estrellar su propio barco, con la proa cargada de potentes explosivos contra el navío nipón. Pero finalmente cambió de dirección y se fue, sin ningún motivo. 

El ataque fue un importante golpe psicológico para los japoneses a los que les pilló completamente por sorpresa. En ningún momento sospecharon que todo fue organizado desde Australia así que supusieron que había sido llevado a cabo por saboteadores locales. Los nipones realizaron una ola de detenciones, torturas y ejecuciones dirigida principalmente a chinos, malayos locales en lo que se llegó a conocer como el "Doble Décimo", en referencia al 10 de octubre, día en que se iniciaron las detenciones masivas. Los aliados nunca reivindicaron el ataque, posiblemente para preservar el anonimato de la unidad y el pesquero Krait.

Al éxito de Jaywick le siguió la Operación Rimau que fue un fracaso. Supuso que todos los participantes, incluido Lyon, murieran en combate o fueran capturados y ejecutados por los japoneses.

El Krait se encuentra en exhibición en el Museo Marítimo Nacional de Australia de Sydney desde 1988.

Para saber más:
Australian War Memorial
El Gran Capitán
Web Archive
Combined Fleet
Web Archive
Wikipedia

domingo, 10 de marzo de 2024

La televisión durante el III Reich

Puede que resulte sorprendente pensar que la Segunda Guerra Mundial pudo haberse convertido en la primera guerra televisada, aunque ese dudoso honor acabaría recayendo en la de Vietnam dos décadas después. La verdad es que no estuvo tan lejos de suceder. La población alemana fue la primera en ver en la pequeña pantalla los noticiarios, ofreciendo la guerra prácticamente en directo. 

Vayamos a 1935, cuando se realizaron las primeras emisiones experimentales de televisión, aunque para la década de 1920 en Alemania ya hubo varias investigaciones al respecto y Manfred von Ardenne logró la primera transmisión de televisión totalmente electrónica con tubos de rayos catódicos en 1930. La tecnología germana había conseguido ponerse a la vanguardia creando los primeros televisores. Eran mucho más pequeños que los actuales, de forma más redondeada, estaban encajados en un mueble de madera de un metro y medio de altura y, en principio, no estaban destinados para el uso doméstico sino para su visionado público

Para estas emisiones se utilizaron algunas oficinas de correos de Berlín en las que se habilitaban una sala que permanecía en penumbra para aumentar la reducida luminosidad de la pantalla. Junto a ella se sentaba un técnico que, en el caso de que se produjeran interferencias o se perdiese la emisión, sintonizaba de nuevo el televisor. 

El auténtico bautismo de fuego de la televisión alemana fueron los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. Hitler quería impresionar al mundo exhibiendo una organización del evento perfecta y uno de los elementos de propaganda que quiso potenciar fue la televisión. Para ello, se creó la retransmisión deportiva, gracias a unas innovaciones técnicas que permitieron emitir en directo una prueba con una diferencia de poco más de 1 minuto y medio. Lo que tardaba la película con la que era filmada en quedar revelada y ser emitida a los estudios centrales que reenviaba la emisión a todos los receptores. El laboratorio móvil estaba situado en el interior de unos camiones sobre los que se fijaba la cámara. Las imágenes recogidas por ella pasaban directamente al interior del camión donde se producía el revelado rápido y a través de una antena se enviaban las imágenes. Incluso llegaron a realizarse transmisiones de partidos de fútbol pero estas se llevaban a cabo con una única cámara por lo que la calidad de la emisión era muy diferente la que podemos disfrutar actualmente. Los juegos hicieron que las oficinas de correos experimentaran un aumento de telespectadores interesados en ver a través de la pequeña pantalla a los deportistas olímpicos. 

Finalizados los juegos, el interés por la televisión decayó, y en esto tenía algo que ver la escasez de recursos con los que contaban los responsables de este nuevo medio de comunicación. Por ejemplo solo disponían de un minúsculo estudio en el edificio de radio Berlín de unos dos metros cuadrados. El presentador debía aparecer en un primer plano con los rasgos acentuados por el maquillaje para aumentar el contraste. Al principio solo daba paso a reportajes o filmaciones

El tipo de programación no despertaba mucho el interés del público por lo que se comenzó a explorar la posibilidad de emitir programas en directo en el propio estudio. Para ello, era necesario contar con más medios y los responsables televisivos consiguieron un nuevo edificio de cinco plantas al que se trasladó la Deutscher Fernseh-Rundfunk. 

A pesar de este nuevo impulso al incipiente medio de comunicación, la realidad fue que los jerarcas nazis no lo apoyaron suficientemente. Se rumoreaba que el motivo era que el Ministro de Propaganda Joseph Goebbels estaba descontento por la imagen que ofrecía de él la pequeña pantalla. Que no le hacía justicia y prefería la radio o el cine. Este escaso apoyo sirvió para que los dirigentes nazis no se inmiscuyeran demasiado en el funcionamiento de la televisión germana y permaneció bastante ajeno a la manipulación ideológica ejercida por el Ministerio de Propaganda. De todos modos, la programación solía incluir informaciones sobre el congreso anual del partido o entrevistas con dirigentes nazis de segunda fila, así como reportajes en los que se insistía en la pureza racial y el odio a los judíos.

En 1938, la Deutscher Fernseh-Rundfunk comenzó a adaptarse a los gustos del público para ello se inició la emisión de programas de variedades en directo que eran los que tenían más aceptación. A principios de 1939 la televisión ya estaba preparada para dar el gran salto a los hogares. Si hasta entonces había que desplazarse a una oficina de correos para poder verla, aunque algunos dirigentes nazis tenían un aparato en su casa, la técnica permitía ya la fabricación en serie de televisores y a un coste asumible por una familia de clase media. Fue la empresa Telefunken la que recibió el encargo de sacar al mercado 10.000 receptores de TV.  El objetivo era promocionar su venta en Navidad para comenzar así la definitiva expansión de la televisión. Pero, el 1 de septiembre se vino abajo este ambicioso proyecto. Empezó la guerra y esto supuso la interrupción provisional de las emisiones. Durante cinco semanas no hubo programación de ningún tipo. En octubre se reanudaron las emisiones pero los planes de popularización del medio quedaron suspendidos, sine die.

El esfuerzo de guerra obligó a poner todos los medios a disposición de las necesidades bélicas. Por lo tanto, la factoría Telefunken se tuvo que dedicar sus cadenas de producción a fabricar aparatos electrónicos vitales para las fuerzas armadas. Aun así la televisión siguió emitiendo, hasta finales de 1944, los habituales programas de entretenimiento, pero evitando cualquier referencia a la guerra. Finalmente el interés de las autoridades disminuyó aún más y pronto se llegó a ver la televisión como un pasatiempo que consumía unos recursos que podían ser de más utilidad en la guerra.

Para saber más:
Proyecto Idis
Archivos de Historia
La Vanguardia
WW2 Freak
Mubi
World War Two Film Inspector


domingo, 25 de febrero de 2024

100º Grupo de Bombarderos, los amos del aire

Steven Spielberg y Tom Hanks han producido las magnificas series, convertidas en clásicos del cine bélico, "Band of Brothers" y "The Pacific". Recientemente llegó una tercera llamada "Masters of the Air" (Apple TV+), basada en un libro de Donald L. Miller, publicado en español por Desperta Ferro Ediciones.

100º Grupo de Bombarderos, los amos del aire
En la serie se cuenta la historia de los aviadores que formaban el 100º Grupo de Bombarderos, perteneciente a la 8ª Fuerza Aérea de EE. UU., que volaba en las Fortalezas Volantes B-17 y que fue conocida como el "Bloody Hundredth" (Centésimo Sangriento) por su elevado número de bajas.

La unidad nació el 1 de junio de 1942, en Orlando. El 27 de octubre de 1942, fueron transferidos a Boise, Idaho, aunque no fueron activados hasta finales de ese año, organizados en cuatro escuadrones, con 37 tripulaciones y diez hombres por aparato. Su primer mando fue el coronel Darr Alkire pero duró poco al ser reemplazado por el coronel Howard M. Turner, quien completó su entrenamiento. Justo un año antes del desembarco de Normandía, tomaron tierra en Podington, Inglaterra para después pasar a su base definitiva en Thorpe Abbotts. En julio el mando lo asume el coronel Neil B. "Chick" Harding. Aquí comienza la épica del 100.º Grupo de Bombarderos.

100º Grupo de Bombarderos, los amos del aire
La primera misión de combate del Centésimo sobre Alemania fue al poco de llegar a Gran Bretaña, el 25 de junio de 1943, sobre los astilleros de submarinos de Bremen. Esta misión resultó bastante positiva: sólo se perdieron tres aviones. Un par de meses más tarde, el 17 de agosto de 1943, bombardearon una fábrica de aviones con lo que se redujo de un modo sustancial la fabricación  de aparatos de combate alemanes. Aunque fue un éxito y obtuvieron su primera mención, perdieron nueve aparatos con sus tripulaciones. 
Las probabilidades de supervivencia de las tripulaciones de los bombarderos estadounidenses no llegaban al 30%, los que suponen unas 15 misiones. Más de 6.500 bombarderos se perdieron en el teatro de operaciones europeo, 23.805 aviadores muertos o desaparecidos en acción, 9.299 heridos y 26.064 capturados e internados en campos de prisioneros. 

100º Grupo de Bombarderos, los amos del aire
Después de atacar Bremen, el 8 de octubre, sólo 17 bombarderos estaban en condiciones de volar a Marienburgo, el día siguiente. Por suerte, no perdieron más aparatos, pero un día más tarde sobre Münster cayeron todos menos uno. En esta "semana negra" se ganaron su triste apodo. Reconstituido, en marzo de 1944 el grupo volvió al combate lanzando sus bombas contra las fábricas de aviones alemanas. Por ello ganaron una nueva distinción.

Justo un años después de su llegada a Inglaterra, participaron en las operaciones del Día D, atacando varios puentes e importantes posiciones del enemigo, con pocas bajas. Su última misión, la 306, llegó el 20 de abril de 1945 sobre Berlín sin ninguna baja. Cuando acabó la guerra, del "Bloody Hundredth" perdieron sus jóvenes vidas más de 750 hombres y otros 923 fueron hechos prisioneros de guerra.

Para saber más:
Fundación 100º grupo de bombardeo
Desperta Ferro
Hipertextual
El Español
National Geographic
Key Aero

domingo, 11 de febrero de 2024

Los camiones de hormigón

En una anterior entrada hablábamos de un acorazado de hormigón en las Filipinas y en otra sobre la primera heladería flotante tambien fabricada con este material de construcción. En esta ocasión traemos unos peculiares vehículos fabricados por los británicos.

Los camiones de hormigón
En los primeros compases de la guerra había escasez de vehículos blindados y surgió de la mente de John G. Ambrose y Charles B. Mathews blindar con hormigón vehículos preexistentes y presentaron su proyecto Bison (bisonte) al Ejército, que lo terminó aprobando. La relación de estos dos hombres con el cemento forjado viene de cuando sirvieron en el Cuerpo de Ingenieros británico durante la Primera Guerra Mundial, cuando crearon búnkers prefabricados. Tras el conflicto decidieron unirse para fundar la Concrete Ltd., y dedicarse a la fabricación de estructuras prefabricadas. 

Para desarrollar los bisontes no se partió de un modelo determinado, se recurrió a aprovechar los camiones de los que se iban disponiendo, tanto civiles como militares. Esto hizo que cada Bison fuera una pieza única y peculiar. Para crear estos búnkers rodantes se los dejaba en el chasis y posteriormente se realizaba un encofrado de madera para para verter el hormigón. 

Los camiones de hormigón
Se calcula que se fabricaron entre 200 y 300 vehículos. Lamentablemente, no hay ningún superviviente. En el museo de aviación de Lincolnshire, en East Kirkby, se encuentra la única pieza original perteneciente a un bison y en el museo de tanques de Bovington exhiben una réplica de fibra de vidrio de un Thornycroft Tartar 6X4 de 1931. Curiosamente estos vehículos comparten el nombre con un cañón autopropulsado alemán, que se montaba sobre el chasis del PzKpfw 38(t) SdKfz 140.

Los camiones de hormigón
El hormigón se siguió utilizando para intentar aumentar el blindaje de los carros de combate pero con escaso éxito ya eran incapaces de detener los proyectiles de carga hueca y los tanques adquirían un peso extra que los hacía mucho más lentos y gastar más combustible. No hay que confundir este blindaje con el Zimmerit ya que este producto lo desarrollaron los alemanes para evitar las bombas magnéticas y no ofrecían un blindaje real. Los soviéticos llegaron a crear un blindaje total de hormigón para el T-34, pero se terminó descartando por su coste. 

Esta curiosa historia me ha hecho recordar los tres tanques construidos con cemento en Menorca, situados junto a la carretera de la Mola, entre el Cap Negre y Es Freus. 

Para saber más:
Foro Transporte Profesional
Blitzkrieg
Menorca
Historias SGM

domingo, 28 de enero de 2024

El peligroso paso de "La Joroba"

La Segunda Guerra Mundial en Asia tiene un buen número de hechos prácticamente desconocidos. Uno de ellos fue el peligroso paso de la cordillera más alta de la Tierra que realizaban los aviones aliados para abastecer de pertrechos a las tropas chinas que luchaban contra Japón en lo que las tripulaciones llamaron "La Joroba", "el sendero de aluminio" o "el sendero luminoso". 

El peligroso paso de "La Joroba"
A comienzos de 1942 los japoneses habían conseguido llegar a la parte nororiental de la India, que por entonces se encontraba bajo gobierno británico, cerrando de este modo a ruta terrestre hacia China a través del norte de Birmania. De este modo establecer un corredor aéreo se convirtió en la única opción posible, aunque supusiera un elevadísimo riesgo. Incluso en la actualidad las rutas comerciales rodean la imponente cordillera del Himalaya. 

Desde el 8 de abril de 1942, y durante tres años y medio, los aliados mantuvieron una vital ruta de transporte aéreo con la que enviaron 650.000 toneladas de suministros desde Assam y Bengala para aprovisionar a las fuerzas chinas que luchaban en Kunming y Chungking cruzando el Himalaya por Arunachal Pradesh, en el noreste de la India. Pero esa ayuda tuvo un coste humano y material que supuso perder casi seiscientos aparatos y más de mil seiscientos muertos y desaparecidos.

El peligroso paso de "La Joroba"
La ruta de 800 kilómetros era tremendamente peligrosa. Había que volar sobre aldeas instaladas en pendientes pronunciadas, hondos desfiladeros y valles surcados por estrechos arroyos y ríos. Los vuelos, que en muchas ocasiones realizaban jóvenes e inexpertos pilotos se encontraban con un clima que cambiaba a cada minuto y cada kilómetro. A las altitudes que volaban, el hielo podía congelar los aparatos y las tormentas primaverales, con fuertes vientos, nieve y granizo supusieron un auténtico desafío. Durante la misma tormenta 9 aparatos se estrellaron, perdiendo a 27 tripulantes y pasajeros. Debido a las potentes turbulencias y la escasa visibilidad, los aviones se desviaban tanto de su rumbo que se estrellaban contra montañas que los pilotos ni siquiera sabían que estaban ahí. Los aviones de transporte, generalmente muy cargados, cogidos por una corriente descendente, podían reducir bruscamente su altitud más de 1.500 metros para a continuación ascender con la misma rapidez. 

El peligroso paso de "La Joroba"
En una ocasión un Curtiss C-46 Commando, con el que se hacían la mayoría de los viajes, terminó estrellándose del revés después de toparse con una de estas corrientes a 7.600 metros de altitud. En otro accidente a causa del hielo un avión que transportaba soldados chinos sin paracaídas tuvo que hacer un aterrizaje forzoso. El copiloto y el operador de radio saltaron y estuvieron perdidos durante dos semanas hasta que unos nativos los encontraron. Estos viajes tambien se realizaban en Douglas C-47 Skytrain o con algunos de los más pequeños Beechcraft C-45 Expeditor.

A pesar de haber pasado muchas décadas la Agencia de Contabilidad de Prisioneros de Guerra y Perdidos en Acción del Departamento de Defensa de Estados Unidos, encargada de los soldados desaparecidos en combate, ayudada por expertos en rescates en alta montaña, escaladores, médicos y arqueólogos forenses aún siguen buscando los cuerpos de los desaparecidos atravesando selvas y superando altitudes de más de 4.500 metros. Desde 2009 han logrado encontrar una veintena de aviones estrellados y los cuerpos de algunos de sus tripulantes.

En 1945, la madre de Joseph Dunaway, un piloto desaparecido escribió:

¿Dónde está mi hijo? Me encantaría que el mundo lo supiera

¿Ha cumplido su misión y ha dejado la tierra abajo?

¿Está allá arriba en esa hermosa tierra, bebiendo en las fuentes, 

o sigue siendo un vagabundo en las selvas y montañas de la India ?

Para saber más:
El Diario
Wikipedia
Nueva Rioja
Papel y Tinta
Infobae
BBC

domingo, 14 de enero de 2024

Los maestros de la desnazificación

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, los aliados llevaron a cabo un plan al que llamaron "desnazificación de la población civil" con el que eliminar todo rastro de nacionalsocialismo. Entre las medidas estaba la reanudación de la actividad educativa.

Para evitar que en las escuelas alemanas impartieran clase profesores condicionados por su pasado nazi y que la juventud alemana recibiera así una educación democrática, se llevó a cabo un programa de estudio para que los graduados accedieran a la docencia, que en la zona de ocupación soviética, también se extendió a jóvenes trabajadores. Eran los Neulehrer. Estos nuevos maestros de la desnazificación creados por los Aliados, en sus zonas de ocupación, desde 1945 hasta 1949 incluía a quienes pudieran demostrar algún grado académico y que no hubieran tenido vinculación alguna con el NSDAP, o con sus organizaciones. 

Entre los Aliados occidentales, el programa, que duraba un año, se basaba principalmente en la formación en pedagogía y valores democráticos. Para ello se habilitaron las facultades de pedagogía. En la zona soviética se llevó a cabo la "Reforma Escolar Democrática Antifascista". Para el profesorado, la formación duraba entre 4 y 8 meses, a menudo en escuelas creadas ex profeso, donde se formaba especialmente a trabajadores jóvenes. Muchos de ellos estaban sólo un poco más adelantados que sus alumnos y apenas tenían algunos conocimientos pedagógicos. Estos los fueron adquiriendo poco a poco, normalmente en cursos a distancia. Además de poseer los conocimientos básicos de las materias que se iban a impartir, el requisito más importante era su "actitud socialista". 

Si bien en el primer año escolar aún se se permitió la docencia a algunos profesores con pasado nazi, las normas se fueron haciendo más estrictas hasta su casi desaparición. Para 1947 algunos maestros que tenían antecedentes poco claros se fueron reincorporando tras someterse a cursos de desnazificación (Entbräunungskursen. 
Aunque en un principio la contratación no estuvo planificada, en la zona soviética casi todo los maestros terminaron por ser sustituidos por los Neulehrer que sumaban unos 40.000 docentes. Las medidas adoptadas por los Aliados fueron seriamente cuestionadas por la antigua comunidad educativa, pero por la formación académica previa de los nuevos profesores, funcionaron de forma bastante eficaz, teniendo en cuenta la situación de Alemania en la posguerra. Tanto es así, que la mayor parte de estos nuevos profesores continuó su labor pedagógica durante mucho tiempo.

Para los soviéticos, los nuevos maestros fue una oportunidad para que el Sozialistische Einheitspartei Deutschlands (SED), ejerciera el control sobre las escuelas. De hecho casi la mitad de los Neulehrer eran miembros del SED, mientras que el resto formaban parte de otros movimiento políticos menores pertenecientes al Frente Nacional, ​una coalición de partidos políticos y organizaciones de la República Democrática Alemana que existió hasta 1990 y dominado principalmente por el SED, lo que significaba que tenía el control casi total de la enseñanza

Para saber más:
Stadium der Improvisation – Neulehrerausbildung und Arbeitsschulmethode in der SBZ und frühen DDR (1945–1952)
DDR Wissen
BPB
Dirección de Educación de Salzburgo
DDR Geschichte