lunes, 13 de enero de 2025

Los espías alemanes de Pearl Harbor

El espía japonés Takeo Yoshikawa no fue el único que se dedicó a espiar a la flota norteamericana en Pearl Harbor mientras Japón se preparaba para atacarla. El alemán Berard Julius Otto Kuehn, su esposa Friedel y su hija Susie Ruth también obtuvieron información que pasaron a los japoneses.

Otto Kuehn, su esposa Friedel
Kuehn, miembro del partido nacionalsocialista desde 1930, se convirtió en espía a través del ministro de propaganda alemán Joseph Goebbels, que al parecer había mantenido una aventura extramatrimonial con Susie Ruth. Goebbels les pidió que ayudaran a su aliado asiático.

Tras pasar una temporada en Japón, la familia Kuehn se estableció en la capital de las Islas Hawái, Honolulu en la segunda mitad de la década de 1930. Durante su estancia en Hawái, Kuehn viajó varias veces a Japón, donde recibió importantes cantidades de dinero para financiar sus actividades de espionaje.

Sus actividades consistían, entre otras, en montar lujosas fiestas a las que asistían importantes militares norteamericanos, con quien su hija Susie Ruth flirteaba para obtener información sobre los movimientos de la flota estadounidense. Otro método que usaba Susie para conseguir información era a través de las esposas de los oficiales navales que pasaban por el salón de belleza que regentaba.

En una ocasión, Otto Kuehn vistió su hijo pequeño, de marinero, para realizar una inspección más de cerca de la flota en Pearl Harbor. De este modo hacía que todo pareciera una actividad inocente entre padre e hijo para visitar barcos de guerra. El hijo mayor, Hans Joachim, tenía solo 11 años cuando su padre lo entrenó para hacer preguntas precisas sobre los barcos y submarinos para anotar las zonas más expuestas de esos navíos.

El trabajo de Friedel era recopilar toda la información que obtenía la familia, aunque la información recibida por los japoneses no fue de gran valor.

El 25 de noviembre de 1936, Japón y Alemania habían suscrito el Pacto Antikomintern, reafirmado el 25 de noviembre de 1941, tras la Operación Barbarroja. Esta situación y el conocimiento de que eran pro-nazis hizo que la familia Kuehn llamara la atención del FBI y de los servicios de inteligencia militares.

Pocos días antes del ataque japonés a Pearl Harbor, Otto Kuehn contactó por última vez con el consulado japonés entregando una lista de navíos anclados en la base naval y en la que proponía avisar, durante el ataque, a los submarinos japoneses mediante señales luminosas desde una vivienda que poseía en la costa.

Después del ataque, los tres espías fueron detenidos y juzgados. Otto fue condenado a muerte por fusilamiento, que finalmente fue reducida a 50 años de cárcel al aportar información sobre otros espías japoneses y alemanes. Su mujer y su hija tuvieron penas más leves, pero todos fueron deportados a Alemania.

Para saber más:
FBI
Baomoi
Trivia Library
Criaimages
Star bulletin

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