domingo, 8 de agosto de 2021

El Correo de la Victoria

El V-Mail, abreviatura de Victory Mail o Correo de la Victoria, fue desarrollado por la compañía de material fotográfico Eastman Kodak, y utilizado durante la Segunda Guerra Mundial para agilizar el servicio de correos para las fuerzas armadas estadounidenses que luchaban en el extranjero.

El Correo de la Victoria
Lanzado el 15 de junio de 1942, el V-Mail fue la principal forma en que los soldados que se encontraban fuera de Estados Unidos pudieron comunicarse con amigos y familiares que se encontraban en casa. Anteriormente, las únicas formas de comunicarse con sus seres queridos era a través del correo aéreo o en barco, que a menudo era más costoso que el correo regular y demoraba demasiado para utilizarlo para mensajes urgentes. Debido a que las cartas eran censuradas antes de ser transferidas al microfilm, el V-mail se convirtió uno de los métodos de comunicación más seguros.

Mover un gran volumen de correo a tiempo en una guerra en rápida expansión planteaba grandes problemas para las Oficinas de Correos y de Guerra, así como a los Departamentos de la Marina. Para mejorar el servicio, los funcionarios buscaron reducir el volumen y el peso de las cartas. Para ello encontraron un ejemplo a seguir en el British Airgraph Service que comenzó en 1941 y que enviaba mensajes bajo microfilmación.

El Correo de la Victoria
El V-Mail era un sistema estándar, con un espacio limitado, por lo que las cartas no podían ser muy largas y debían estar escritas con tinta de color oscuro para que se pudieran microfilmar con más facilidad.
Este sistema resultaba una carga más liviana y más pequeña para transportarla, de modo que cuando los microfilmes llegaran a su destino, los negativos se convertían a tamaño normal y luego se imprimirían. 

Algo que iba en muchas cartas y que no se podía fotografiar era el olor del perfume que la amada dejaba para el soldado que estaba en el frente

Algo que dio algunos problemas a los técnicos que fotografiaban las cartas eran las marcas dejadas por el lápiz de labios. Estos "besos" manchaban las máquinas de escaneo, por lo que los trabajadores postales los apodaron el "azote escarlata".

Los formularios para el V-Mail fueron producidos tanto por el Gobierno, así como por empresas autorizadas por el Departamento de Correos y fueron puestos a disposición de los clientes de forma gratuita. 

El Correo de la Victoria
El V-Mail funcionaba como carta y sobre. Tras escribir la carta y las direcciones de envío y remitente se doblaba la hoja en una pieza para su envío. Sin necesidad de franqueo en el caso de los soldados, los civiles tenían diferentes tipos de franqueo según el tipo de transporte: si era en superficie el coste era de 3 centavos, el aéreo costaba primero 6 y posteriormente 8 centavos.

En el V-Mail no se podía introducir nada, pero en 1943, el Departamento de Guerra modificó la restricción sobre el envío de fotografías. Las fotografías se debían unir a los formularios "sin alterar, tratar o sensibilizar el formulario de ninguna manera" y situarse en el tercio superior izquierdo del formulario. El uso de fotografías se limitaría a "los bebés nacidos después de que un soldado partiera al extranjero o los menores de un año" y podría incluir a la madre. Algunos diarios ofrecían servicios fotográficos a las esposas que deseaban enviar fotografías de sus recién nacidos y estos se encargaban de transferir las fotos a los V-Mail.

El Correo de la Victoria
Este método simplificaba el transporte, además de ahorrar espacio de envío que podría usarse para otros suministros de guerra. Así, más cartas y más rápido podrían llegar los soldados repartidos por todo el mundo. 

El uso de este pequeño microfilm ahorró al sistema postal miles de toneladas de espacio de envío. Se logró que el equivalente de 37 sacas de correo convencional se convirtiera en una solo una. Estuvo activo durante tres años y medio y se procesaron más de mil millones de correos V-Mail.

Aquí se puede imprimir una copia de un formulario de V-Mail


No hay comentarios:

Publicar un comentario