Durante la guerra civil española el bando sublevado, al mando del general Francisco Franco, recibió una importante ayuda militar de Adolf Hitler y Benito Mussolini que fue definitiva para su victoria en 1939.
Como agradecimiento al apoyo recibido, y como acercamiento a la posible incorporación de España al Eje, Franco quiso ofrecer a Hitler un regalo que tocara la vena artística del dictador alemán. Se sabe que quiso ser un gran artista y que le gustaba dibujar y pintar con acuarelas, aunque nunca tuvo suficiente talento para llegar a serlo, aunque se pudo ganar la vida cuando vivió en Viena. Aunque Hitler consideraba que su futuro estaba en la pintura o la arquitectura fue rechazado en dos ocasiones en la Academia de Artes de la capital austriaca.
Poco antes de finalizar la guerra civil, el 4 de julio de 1939, Hitler recibió, a través del entonces embajador español en Berlín, Almirante Antonio Marques de Magaz, un lote con varias obras del pintor Ignacio Zuloaga, un pintor relacionado con el régimen franquista que participó en las exposiciones de Venecia y Londres en apoyo al bando sublevado y retrató a Franco y el general Millán-Astray, o el asedio del Alcázar de Toledo.
Las pinturas representaban un granjero español en una escena pastoral y a dos mujeres españolas con trajes típicos. En el acto de entrega en la Cancillería del Reich, Hitler dedicó unas palabras parafraseando a Dante, que Paul Schmidt se encargó de traducir y la escolta de las SS rindió honores al embajador español. En la entrega tambien se encontraba Otto Meissner que, como jefe de la Cancillería, se encargaría de gestionar el regalo diplomático del gobierno español, que además de las pinturas, incluían dos fíbulas de oro visigodas, una especie de imperdibles que se usaban para sujetar las ropas antes de la edad media. Heinrich Himmler en su visita e España, para buscar el Santo Grial y preparar el encuentro de Hitler y Franco en Hendaya, tambien fue obsequiado con una fíbula. Como muestra de agradecimiento Hitler le regaló a Franco, por su cumpleaños, un automóvil Mercedes Benz 540 G4 que aun se conserva en perfecto estado en la Sala Histórica de la Guardia Real en el Cuartel del Rey del Palacio del Pardo, en Madrid. y que está considerado el único modelo totalmente original.
De este acto se hicieron eco el diario estadounidense New York Times, el Völkischer Beobachter, vocero oficial del partido nazi y algunos medios de comunicación españoles afines al régimen de Franco.
A Franco le parecía poco regalo para su gran benefactor en la guerra, así que debía hacerle llegar algo más impresionante y para ello eligió una obra de Francisco de Goya, el genial artista aragonés, pintada más de un siglo antes: La marquesa de Santa Cruz, de 1805.
La pintura de Goya muestra a una mujer sujetando una lira, como símbolo de la música, que la que Hitler era un apasionado. En el instrumento se puede ver un lauburu: icono vasco que se parece a la esvástica. Según algunos testimonios, Franco cambió de opinión y el cuadro no llegó a Hitler. Tras diversas vicisitudes, el cuadro se encuentra actualmente en el Museo del Prado.
Además de los regalos que recibió el Führer, Franco quería regalar a Mussolini una estatua de César Augusto que se encontraba en el Museo Arqueológico de Mérida, pero el marqués de Lozoya lo impidió aconsejando que se hiciera una copia en bronce realizada con cañones tomados a los republicanos tras la batalla del Ebro.
Para saber más:
Ignacio Zuloaga y su utilización por el Franquismo, de Javier Novo González
Arte, revancha y propaganda, de Arturo Colorado Castellary
Finanzas
El Español
Biografías y vidas
No hay comentarios:
Publicar un comentario