lunes, 12 de noviembre de 2018

La Escalera de la Muerte de Mauthausen

Mauthausen, a orillas del Danubio, un pueblo de origen medieval en Austria, fue elegido para instalar el único campo de concentración del III Reich de nivel III; una clasificación para presos considerados "escasamente reformables" por la autoridades nazis. Por Mauthausen pasaron 200.000 presos.

Escalera de la Muerte
El principal motivo por el que fue elegido este emplazamiento fue que en las proximidades del pueblo se encontraban varias canteras de granito, como la Wiener Graben. A Himmler, que recientemente había creado la Deutsche Erdmund Steinwerke (Compañía Alemana de Tierra y Piedra) le pareció el lugar ideal para surtir a Alemania del granito necesario para las megalómanas construcciones de Hitler y su arquitecto Albert Speer. De este modo el campo lograba dos objetivos: el trabajo esclavo de sus enemigos y acabar con ellos, exterminándolos.

El trabajo en las canteras era el más duro. Se hacían larguísimas jornadas de trabajo picando piedra a la intemperie, mal vestidos, sufriendo continuos maltratos por los kapos y con una alimentación escasa que en pocas ocasiones llegaba a las 1.500 calorías cuando lo necesario sería al menos de 3.500. Ese agotador trabajo era una condena a muerte por la que los presos no duraban más de seis meses.
Los internos morían por agotamiento, enfermedad, accidente o directamente eran victimas de los SS o los kapos. Los kapos eran brutales, actuando en ocasiones peor que los guardianes de las SS para justificar su posición. Podían torturar y matar con total libertad, así que la supervivencia prácticamente dependía de ellos. Mauthausen tenía, además, un horror añadido: una empinada escalera de granito. La Escalera de la Muerte.
Escalera de la Muerte
La cantera se hallaba a menos de un kilómetro del campo de concentración. La explotación, a cielo abierto, tenía una escalera de piedra por la que se accedía. Al principio era una rampa con 140 escalones resbaladizos y de corte muy irregular. En 1943 llegó a tener 186 peldaños.
Los presos tenían que subirla de diez a doce veces al día. Lo hacían con una mochila de madera a la espalda en la que cargaban bloques de granito de hasta 40 kilos. El trabajo era extenuante. Los presos agotados y apaleados por los kapos, resbalaban y se caían, sufriendo graves heridas y hasta la muerte.
Si a algún preso se le caía la piedra, esta podía arrastras a los que le seguían, causando más victimas que podían morir por sus heridas ya que ir a la enfermería era ir camino de la muerte y el crematorio. Cuando los presos entraban en el campo se les decía: "Entráis por esta puerta y saldréis por la chimenea".

El final de la larga escalera daba a un precipicio que fue la tumba de cientos de presos. Unos se suicidaban lanzándose al vacío, pero muchos otros eran victimas de los propios SS o los kapos que los arrojaban, en lo que llamaron cruelmente, "el salto del paracaidista". "La historia del campo calcula un hombre muerto por losa de peldaño", escribió Francesc Boix en una fotografía suya. A partir de 1941 solo los judíos y las compañías de castigo subían por la Escalera de la Muerte.

Escalera de la Muerte
Se desconoce el número exacto de muertos en la Escalera de la Muerte, pero se estima que más de 90.000 personas perdieron la vida en Mauthausen y su cerca de cien subcampos, en el que la peor perspectiva de vida era el de Gusen.

Los subcampos estaban repartidos por Austria, Yugoslavia y el sur de Alemania.

Por Mauthausen y sus subcampos  pasaron 7.249 españoles entre agosto de 1940 y mayo de 1945, de los cuales 4.747 perecieron en el campo. Dos de cada tres no regresaron.


Para saber más:
Amical de Mauthausen
Aragoneses deportados 
Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica
El Comercio
Historia Virtual del Holocausto
Fórum per la Memória
Destino Infinito

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