domingo, 26 de febrero de 2023

Rettungsboje, las boyas de salvamento alemanas

Tan solo se disponía de unas pocas horas para rescatar a un piloto de caza o a la tripulación de un bombardero abatido sobre el Canal de la Mancha. El principal motivo era la hipotermia ya que pasado ese tiempo era inútil el rescate. Este problema era mucho menos acuciante en las más cálidas aguas del Pacífico.

Se daba la circunstancia de que un número destacable de estos aviadores, sumidos en el miedo de morir ahogados y de hipotermia en la oscuras y frías aguas, tomaron la determinación de quitarse la vida antes de sufrir una muerte tan terrible al tener muy pocas posibilidades de rescate. Ante esta situación el alto mando de la Luftwaffe impuso la prohibición de portar armas, pero eso no evitaba ser derribados.

Lo que realmente salvó muchas vidas fue un refugio en alta mar llamando Rettungsboje, o boyas de rescate. Estas boyas pintadas de amarillo y cruces rojas permitían a los aviadores sobrevivir unos días en el mar con ciertas comodidades hasta que pudieran ser rescatados. En 1940 las Rettungsboje se empezaron a desarrollar y construir bajo la dirección del Ministerio del Aire alemán a petición del Generaloberst Ernst Udet. Por eso también los aviadores las llamaban Udet-Boje. Los británicos las llamaron "lobster pots" o trampas para langostas. 

Las primeras boyas de rescate eran de un diseño simple y algo reducido de 2 x 1 x 5 m. coronadas con asta que permitía izar una bandera o una luz. El equipamiento interior incluía un botiquín básico, raciones, agua, chalecos salvavidas y cuerdas. Posteriormente el diseño fue mejorado y se colocaron 50 unidades en el Canal de la Mancha durante 1940.  

Las boyas mejoradas eran de construcción cuadrada o hexagonal y tenían una superficie de aproximadamente 4 metros cuadrados con una cabina de unos dos metros y medio que se elevaba sobre el flotador. En la cubierta superior, había una torreta de forma ovalada de algo más de 1.5 metros de altura con un mástil de señales equipado con una antena de radio. Por su perímetro discurría una barandilla de tubo y el acceso al interior se hacía por una puerta situada en la torreta. 

El interior podía albergar con cierta comodidad a cuatro aviadores con luz procedente de unas baterías que en caso de avería o agotamiento podían suplirse por lámparas de queroseno. Tenían dos literas y armarios equipados con material de primeros auxilios, ropa y zapatos secos, raciones de emergencia y suministro de agua, así como coñac para combatir el frío y cigarrillos para los nervios. La comida se podía preparar con una estufa de alcohol. Juegos de mesa, barajas de cartas y artículos de papelería proporcionaban entretenimiento mientras se esperaba el rescate. El barco o el hidroavión de rescate reemplazaban los suministros para dejar la Rettungsboje preparada. 

Para avisar de que la Rettungsboje estaba ocupada se utilizaba una bandera de rayas amarillas y rojas en el mástil, durante el día, y en la noche, se usaban luces rojas y blancas. La ubicación de la boya ocupada se enviaban automáticamente por un transmisor de radio. Pistolas de señales con luces rojas y blancas, bengalas con paracaídas de luz blanca o un aparato de señales de humo completaban el equipo de señales. Otro material era para la reparación de agujeros de bala y una bomba de achique.

El problema de los aviadores derribados en el Canal de la Mancha no era exclusivo de los alemanes y para 1943 los británicos disponían de cuatro escuadrones de 20 aviones cada uno dedicados íntegramente al rescate aéreo y desarrollaron un sistema equivalente llamado Air-Sea Rescue Float. Con un diseño de casco en forma de barco y pintados de rojo y amarillo se construyeron 16 para colocarlos en las principales rutas que seguían los bombarderos en sus raids sobre Alemania. El equipamiento era muy similar al alemán y podía albergar a seis personas. 

Gracias a estas boyas de rescate muchos aviadores de diversas nacionalidades pudieron salvar la vida y su diseño inspiró a las actuales Rettungsbake, que usan hoy en día los náufragos en caso de necesidad en las costas alemanas o a las lanchas de rescate utilizadas en barcos por todo el mundo. 

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