domingo, 10 de septiembre de 2023

Los españoles de Bir Hakeim

Una historia poco conocida sobre la intervención de españoles en la Segunda Guerra Mundial es la del millar de españoles que lucharon en la batalla de Bir Hakeim, al mando del general francés Pierre Koenig.

Los españoles de Bir Hakeim
Koenig estaba al mando de unos 3.700 hombres que formaban la 1ª Brigada francesa libre. En mayo de 1942, estos hombres se propusieron frenar el avance del cuerpo expedicionario italiano y el Afrika Korps, en el desierto de Libia, en su avance hacia Egipto. Para ello se atrincheraron en el oasis de Bir Hakeim, donde antes había existido un fortín otomano, donde resistieron durante dos semanas

Entre los hombres de Koenig se encontraba la 13ª Media Brigada de la Legión Extranjera que estaba integrada por algo más de 900 republicanos españoles que huyeron de los campos de concentración franceses en los que fueron internados tras la guerra civil española. Entre ellos había veteranos que habían luchado en Siria, Eritrea y Noruega. Para el general francés Émile Béthouart eran unos “alborotadores, difíciles de mandar, pero de una valentía extraordinaria”. Al frente de esta tropa se encontraba el teniente coronel, de origen ruso, Dimitri Amilakvari. Como segundo estaba el alférez Syvatowski, también ruso y nieto de Dostoievski.

Los españoles de Bir Hakeim
Las tropas de Bir hakeim, que tomaron posiciones semienterradas en las arenas del desierto, disponían de 63 tanquetas Bren-Carrier, 24 cañones de diferentes calibres, que en su mayoría manejaban los españoles. A estas piezas de artillerías había que sumar más de 70 ametralladoras y fusiles ametralladores, 44 morteros y 26 cañones y ametralladoras  antiaéreas. Con estas armas debían detener a las divisiones Ariete, Brescia y Pavia del ejército italiano y a las alemanas 15ª, 21ª y 90ª ligera.

El 26 de mayo Las divisiones del Eje atacaron con una punta de lanza de medio centenar de tanques mientras la aviación apoyaba el avance. Durante dos semanas resistieron hasta agotar la munición al grito: “¡Como en Madrid, camaradas!”. A pesar de la desesperada defensa, Bir Hakeim cayó finalmente el 11 de junio. Una tercera fueron bajas durante la batalla y del poco más de un millar de los que pudieron huir en la noche, antes de perder la posición, unos quinientos lograron llegar a duras penas al campamento de Ismailia. Entre ellos un destacado número de españoles. El resto murieron o cayeron prisioneros. Adolf Hitler dio la orden de ejecutar a los prisioneros franceses, pero Rommel se negó. De hecho, valoró muy positivamente la resistencia francesa. Al ver que los prisioneros morían de sed, ordenó que se les distribuyera la misma ración de agua que a sus soldados. El barco en el que fueron trasladados los prisioneros desde Bizerta a los campos de prisioneros en Italia, fue torpedeado y murieron todos. Casi 200 eran españoles.  

Los españoles de Bir Hakeim
La desesperada defensa en Bir Hakeim supuso un alivio para las tropas británicas, que pudieron reorganizarse y alcanzar la victoria en la batalla de El Alamein. Para Churchill “retrasar en quince días la ofensiva de Rommel, los franceses libres de Bir Hakeim han contribuido a salvaguardar la suerte de Egipto y del Canal de Suez”.

Los exiliados españoles destacaron por su coraje y muchos dejaron su vida en  Bir Hakeim. En el cementerio francés se pueden ver un buen número de sencillas cruces con nombres y apellidos españoles como Ruiz, García, Muñoz o Castaño.

A pesar de olvidar la participación española en esta batalla, en París se recuerda con un puente sobre el Sena y una estación de metro (muy próxima a la Torre Eiffel) en la que hay varios murales que cuentan esta gesta del ejército francés.

Para saber más:
Republicanos Españoles en la Segunda Guerra Mundial, de Eduardo Pons Prades
Web Archive
Foro Segunda Guerra Mundial
Farac
Davis López Cabia
Global Strategy

domingo, 27 de agosto de 2023

Los filósofos que inspiraron a Hitler

Adolf Hitler era un lector caótico. Tomaba cosas de aquí y allá e iba ajustándolas a su manera. La cultura alemana tenía mucho de dónde tomar ideas y varios pensadores para aprovechar diferentes conceptos que luego poner en práctica. "Los filósofos eran celebridades; lo que ellos hicieron, cómo actuaron y qué ideas promocionaron, ha ejercido una poderosa influencia en la imaginación alemana". Hitler bebió de algunos de ellos llegando a considerarse como “Filósofo Führer”.

Hitler, en una conversación, repitió las acusaciones, ya expuestas en Mein Kampf, sobre los judíos de mentirosos e intolerantes, diciendo:
El golpe más duro que ha recibido la humanidad es el advenimiento del cristianismo. El bolchevismo es un hijo ilegítimo del cristianismo. Ambos son un invento de los judíos. Es desde el cristianismo que la mentira consciente sobre la religión ha sido introducida en el mundo. Es una mentira de la misma naturaleza que la que practica el bolchevismo cuando dice traer la libertad a los hombres, mientras que en realidad solo quiere que sean esclavos... El cristianismo fue la primera religión en exterminar a sus adversarios en nombre del amor. Su signo es la intolerancia.
El filósofo favorito de Hitler era Arthur Schopenhauer. Lo conocía bien y a veces lo mencionaba en sus escritos o en sus discursos y charlas; y tenía un busto suyo en su residencia del Berghof . Por ejemplo, aparece en Mein Kampf: "En la existencia del judío... hay una característica que empujó a Schopenhauer a pronunciar la famosa frase: el judío es un gran maestro de mentiras". Schopenhauer es el que más acerca las religiones y filosofías orientales a Occidente. De ahí, precisamente, Hitler extrae el símbolo de su ideología, la esvástica, un símbolo que indica el tiempo circular, en contraste con el tiempo lineal, introducido en la historia de la humanidad a través del Génesis. Hitler, que creía en el esoterismo, creía en un universo infinito, eterno y divino, en el que todo se repite. Ese "retorno eterno" está en Nietzsche y en el orientalismo de Schopenhauer. En Mein Kampf tambien cita a otros padres pensadores alemanes, como Nietzsche o Kant.

filósofos de Hitler
Schopenhauer
Hitler cree en la reencarnación y en la providencia. No cree en la vida eterna de la Biblia, a la que ataca en numerosas ocasiones. Ideas que ya se encuentran en Schopenhauer que opina, como Hitler, que el monoteísmo judío es el portador de la intolerancia,  Moisés es un asesino, la moral natural  es una invención y que la igualdad y la idea de la igual dignidad de los hombres son mentiras, porque "una asamblea de mil imbéciles no es una persona inteligente", algo que también opina Nietzsche.

El hombre en los discursos de Hitler es "el microbio más peligroso", en la medida en que "explota la tierra bajo sus pies" originando las "catástrofes que ocurren periódicamente en la faz de la tierra", para Schopenhauer, es un "monstruo cuya vista es repugnante" (a diferencia de los animales). El matrimonio monógamo, por otro lado, es "contra la naturaleza", y es preferible la poligamia. Baste observar cuánto hará el nazismo, en tiempos de guerra, para convencer a las mujeres de juntarse con más hombres para dar más hijos para la patria.
Para Schopenhauer las mujeres son en todos los aspectos "el segundo sexo, que desde todos los puntos de vista es inferior al sexo masculino" y para la ideología nacionalsocialista es tan solo madre y ama de casa. Hitler estaba en contra de los logros liberales conseguidos por las mujeres durante la República de Weimar. Cuando los nazis llegaron al poder en 1933, se despidió a todas la mujeres que ocupaban puestos de responsabilidad entre los funcionarios públicos y tres años después se les prohibió ejercer como abogadas o médicos. Para Hitler "la emancipación de la mujer es un invento de los intelectuales judíos. Para la mujer el mundo es su marido, su familia, sus hijos y su hogar".

filósofos de Hitler
Kant
Immanuel Kant, se hace eco del texto de Martín Lutero, De los judíos y sus mentiras, publicado en 1543 y reproducido abundantemente durante el nazismo, y afirma que los judíos son "Una nación de engañadores". Leyendo a los grandes filósofos alemanes, incluidos Fichte y Hegel, la aversión a los judíos es una constante. En Occidente, los siglos XVIII y XIX están impregnados de una polémica anti-judía.
Sigmund Freud escribió sobre los alemanes afirmando que: "su odio a los judíos está en el fondo del odio hacia los cristianos, y no es de extrañar que en la revolución nacional-socialista alemana esta relación íntima entre las dos religiones monoteístas sea una expresión tan clara en el tratamiento hostil a ambos".

En la teórica del superhombre de Friedrich Wilhelm Nietzsche, el judaísmo bíblico y el cristianismo son responsables de introducir dogmas infames y absurdos en el mundo y propagó el odio hacia el Cristo hebreo, responsable de haber introducido en el mundo atrocidades como "ama a tu prójimo como a ti mismo". En Nietzsche existe la idea de que el amor cristiano por los demás nace de lo que él llama "el odio judío más puro".

filósofos de Hitler
Nietzsche
Nietzsche tiene una opinión antijudía, que el nazismo hará suya: "Desde el tronco de ese árbol de venganza y odio, del odio judío, del odio más profundo y sublime y, por lo tanto, el creador de ideales y subversivo de valores, del cual en la tierra nadie se ha dado a sí mismo. De este tronco nació algo igualmente incomparable, un "nuevo amor", un amor más profundo y sublime que todos los demás, ¿y de qué tronco nunca podría haber nacido? [...]. ¡Pero no creas que ha crecido como una negación real de esa sed de venganza, como la antítesis del odio judío! No, ¡todo lo contrario! El amor brotó del odio, como su corona, corona triunfal, que se hizo cada vez más amplia en la luz más pura y clara del sol; y apuntó a los mismos fines de ese odio, buscando en el reino de la luz y la altura la victoria, la presa, la seducción, Profunda y malvada".

Al igual que algunos pensadores, como Carl Schmitt, gran jurista nazi, y Martin Heidegger, uno de los filósofos alemanes más destacados, apoyaron activamente el nazismo, hay otros personajes totalmente opuestos que sufrieron la persecución intelectual y física por parte de los nazis. Entre ellos destacan Walter Benjamin, Theodor Adorno, Hannah Arendt; los tres judíos y Kurt Huber. Resulta inquietante que algunos filósofos apenas se estudien y hasta se hayan prácticamente olvidado, mientras que pensadores como Schmitt y Heidegger se estudian en profundidad, permitiendo la expansión de sus ideas.

Este articulo fue originalmente publicado en el blog Memento Mori.

Para saber más:
Los filósofos de Hitler, de Ivonne Sherratt
La Genealogía de la Moralidad, de Friedrich Nietzsche

domingo, 13 de agosto de 2023

Historia de una imagen: Americanos muertos en la playa de Buna

El fotoperiodista George Strock de LIFE capturó una imagen icónica de tres soldados estadounidenses tendidos en la arena de la playa de Buna, en Nueva Guinea. El leve romper de las olas en la orilla ofrece un marcado contraste con la quietud de los hombres y las embarcaciones de desembarco medio sumergidas detrás de ellos.

Americanos muertos en la playa de Buna
Americanos muertos en la playa de Buna. George Strock - Time-Life 
Como la Oficina de Información de  Guerra tenía una política estricta sobre las imágenes de los muertos enviados por los medios de comunicación norteamericanos, el corresponsal de LIFE en Washington Cal Whipple pidió que se permitiera publicar la fotografía de Strock llegando hasta el mismísimo presidente Franklin D. Roosevelt, quien finalmente dio su aprobación.

La foto finalmente se publicaría en el número del 20 de septiembre de 1943 de la revista LIFE , siendo la primera imagen de soldados estadounidenses muertos en aparecer en los medios de comunicación durante la Segunda Guerra Mundial. El editorial que lo acompaña es un complemento muy apropiado para la imagen:
Aquí yacen tres estadounidenses. ¿Qué diremos de ellos? ¿Diremos que se trata de una visión noble? ¿Debemos decir que esto es algo bueno, que deberían dar su vida por su país? ¿O diremos que esto es demasiado horrible para mirar? ¿Por qué publicar esta foto, de todos modos, de tres chicos estadounidenses muertos en una costa extranjera? ¿Es para hacer daño a la gente? ¿Para ser morboso? Esas no son las razones. La razón es que las palabras nunca son suficientes. El ojo ve. La mente lo sabe. El corazón siente. Pero las palabras no existen para hacernos ver, saber o sentir cómo es lo que realmente sucede. Las palabras nunca son suficientes…
La razón por la que la publicamos ahora es que, la semana pasada, el presidente Roosevelt, el Director de la Oficina de Información de Guerra, Elmer Davis y el Departamento de Guerra decidieron que el pueblo estadounidense debería poder ver a sus propios muchachos mientras caen en la batalla; sentir directamente y sin palabras la presencia de sus propios muertos. Y aquí está. Esta es la realidad que se esconde detrás de los nombres que vienen a descansar por fin en los monumentos en las plazas de las ciudades estadounidenses.
Strock tomó otras fotografía que tiene otro punto de vista más alejado que muestra a un cuarto soldado caído en la playa, pero no fue publicada.

Americanos muertos en la playa de Buna
George Strock - Time-Life
Para saber más: