Las islas fueron descubiertas por Fernando de Magallanes y pertenecieron a la corona española hasta que fueron ocupadas por Alemania en 1885, que finalmente las compró a España en 1895 por 25 millones de pesetas. A comienzos de la Primera Guerra Mundial, Japón se las arrebató y se llegó con los Estados Unidos a un acuerdo de "no militarización" del archipiélago.
En 1935, se comenzó a convertir en una base militar debido a su posición estratégica. De este modo, el atolón de Truk se convirtió en la que sería la más importante base aeronaval de Japón en el Pacífico, como lo era Pearl Harbor para los estadounidenses. La base era de vital importancia logística para la Flota Combinada y para el desarrollo de los planes de expansión del Japón.
Desde antes de la guerra, Truk era un misterio. Artículos en la prensa llamaban al atolón "Truk, el atolón del misterio" o "Truk, aislado del resto del mundo tras un cuarto de siglo". Realmente era un misterio. Los náufragos que habían llegado hasta allí fueron rápidamente embarcados hacia otros lugares. Otros habían desaparecido misteriosamente tras llegar allí.
El 17 de febrero de 1944, la Task Force 58, al mando del vicealmirante Mitscher, formada por los portaaviones Enterprise, Yorktown, Essex, Intrepid y Bunker Hill, apoyados por cuatro portaaviones ligeros, y otra serie de buques de escolta, y con una fuerza aérea de más de 580 aviones navales, como los F6F Hellcat o los TBF Avenger, atacó el atolón aprovechando un frente nuboso para aprovechar el factor sorpresa. Sin embargo, los japoneses estaban alertados por los vuelos de reconocimiento realizados a principios de mes. En consecuencia, el almirante japonés Koga había ordenado a muchos de sus efectivos navales fuesen trasladados a zonas más seguras.

Los japoneses realizaron diversos ataques de bombardeo que provocaron ligeros daños al acorazado Iowa y un torpedo impactó el portaaviones Intrepid que lo obligó a retirarse a Pearl Harbor para reparaciones. Las pérdidas estadounidenses fueron insignificantes en comparación, dos navíos dañados, 25 aviones, algunos por el fuego antiaéreo amigo.

Con tantos navíos hundidos en las aguas relativamente poco profundas de la laguna, Truk está considerado como el mayor cementerio naval del mundo y el lugar de descanso eterno de más de 3000 soldados y marinos japoneses. Durante 25 años los restos permanecieron intactos debido al peligro que supone la gran cantidad de explosivos que se encuentren entre los restos. Uno de los primeros en realizar inmersiones en los pecios fue Jacques Cousteau, que dio como resultado un interesante documental.
Para saber más:
El Lago del Pacífico, de Oskar Hermann
La segunda Guerra mundial, Ed. Codex
Rare Newspapers
Pixeltwit
Público
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