En un impresionante valle que desemboca en la costa de barlovento, en el sur de la isla canaria de Fuerteventura, se encuentra una edificación que destaca por estar totalmente fuera de lugar. Es la Casa Winter.
La zona es un paraje azotado por los vientos del norte y al que solo se podía acceder por los pedregosos caminos del barranco del Ciervo a lomos de burros o camellos, aunque en la actualidad se puede llegar por angostas pistas de tierra bordeando barrancos y acantilados. La mansión fue mandada construir por el alemán Gustav Winter y en ella destaca una torre con varias ventanas que permiten observar todo a su alrededor. En su interior hay un patio al que dan varias estancias distribuidas en dos plantas. La más destacable es el gran salón con vista al océano. Todo el que se acerca al Parque Natural de Jandía desde el mirador de Cofete se queda impresionado al ver la Casa Winter, pero lo más misterioso es su historia.![]() |
La pista que llega a Cofete y Villa Winter |
Gustav Winter fue un hombre peculiar que durante la Primera Guerra Mundial fue prisionero de guerra y además de trabajar en varios lugares, se dedicó a la exportación de productos alemanes y construyó la central eléctrica de Las Palmas de Gran Canaria. Para mediados de la década de 1930 se convirtió en propietario de toda la península de Jandía y en 1939 empezaron los paso para construir la mansión. Hasta 1944, Winter estuvo a caballo entre Fuerteventura, la Bélgica y Francia ocupadas, obteniendo pingues beneficios en sus negocios. Pero como le pasó a Alemania, lo perdió casi todo y tuvo que escapar a España, en donde conocería a su segunda esposa y se trasladarían definitivamente a Fuerteventura. Según el mito, ordenó vallar con alambre la península y controlar el acceso con guardias armados, aunque en realidad la valla solo sirvió para controlar el ganado y no hay pruebas del control armado. Winter no llegó a vivir en la casa y en 1958 intentó venderla o arrendarla. Los primeros que habitaron la vivienda llegaron en 1965: fueron la familia Pérez Acosta que se encargaban de cuidarla, pero solo estuvieron unos tres años.
Para saber más:
Casa Winter Cofete
Casa Winter
Fuerteventura, de Alberto Vázquez-Figueroa
Diario de Fuerteventura
Majorero
Mi pueblo
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