lunes, 29 de octubre de 2018

Las Schindler gallegas

Esta es la impresionante historia de solidaridad y valentía de las hermanas Touza, las Schindler gallegas.

Las Schindler gallegas
Julia, Lola y Amparo, las Schindler gallegas
Julia, Lola y Amparo Touza Domínguez, se llevaron consigo su secreto y no fue hasta que Julio, nieto de Lola, se enteró de su historia, en 2005, a través del libro "Memoria de Ferro" que no se publicó hasta la muerte de su autor, Antón Patiño Regueira, que así lo quiso, pues se lo prometió a las protagonistas de esta increíble historia. Patiño conoció su historia en 1964 por el anciano judío Isaac Retzmann que quería saber qué había sido de aquella mujer que le llevó una oscura noche hasta la frontera y que pudo alcanzar la libertad en América en 1943.

Por España huyeron un buen número de judíos, ayudados por diferentes grupos como el organizado por Walter Starkie, director del British Council en Madrid y Margarita Taylor propietaria de la tetería Embassy, tambien de la capital. Aunque es probable que formaran parte de la red de Starkie y Taylor (es posible que el médico del British Council, Eduardo Martínez Alonso, conociera a Lola), la organización de las tres hermanas no contaban con la infraestructura que les podía dar el dinero, la posición social o los contactos. Ellas solas lo organizaron todo con la ayuda de los buenos amigos taxistas José Rocha y Javier Míguez (El Calavera), ex legionario y conductor de Millan Astray durante la Guerra Civil, del intérprete Ricardo Pérez Parada (El Evangelista), el barquero Ramón Estévez y algún miembro de su familia.

La fuga se organizaba desde un kiosko que regentaban en la pequeña estación del ferrocarril del pequeño pueblo gallego de Ribadavia al que llegaban los huidos desde Gerona, en la frontera con Francia, y en un primer tramo llegaba hasta Medina del Campo. Desde allí continuaba hasta Monforte y Ribadavia.

Las Schindler gallegas
Sin saber muy bien como entraban en contacto, los escondían en un escondite del kiosko, que tambien era utilizado para el contrabando e incluso en el altillo de su humilde vivienda, les daban ropa, comida y tres duros de plata alfonsinos para que pudieran conseguir un pasaje para América o hacia el norte de África. A pesar de la amenaza constante de la Gestapo. Galicia, durante la Segunda Guerra Mundial, era un enclave de gran importancia para los nazis, principalmente por el Wolframio que sacaban de España por el puerto Vigo.

Las Schindler gallegasEn los años de la posguerra española eran frecuentes en Galicia los casos de contrabandistas que conseguían determinados artículos en Portugal, y Ribadavia no era una excepción. Ribadavia, se encuentra cerca de la frontera con la vecina Portugal por el río Miño. De este modo, ocultos en la noche, los taxistas, o ellas mismas, los acercaban hasta la frontera, donde cruzaban hacia la libertad, utilizando una de las tres rutas: por senderos, carreteras de tercera o cruzando el Miño. De este modo lograron salvar a cerca de 500 judíos que huían de los campos de exterminio, como un matrimonio alemán fabricante de botas para la Wehrmacht, hasta que los nazis se dieron cuenta de que eran judíos, y que consiguieron llegar a Nueva York. Al parecer, tambien ayudaron a escapar a Félix de Borbón y sus hijos, la familia real de Luxemburgo. 

En el muro de la que fue casa de las hermanas Touza se encuentra una placa de bronce con la siguiente inscripción:
A las tres hermanas, Lola, Amparo y Julia Touza, luchadoras por la libertad.  
Las Schindler gallegas

El Centro Peres por la Paz plantó en las colinas de Jerusalén un árbol que recuerda la gesta de las tres Schindler gallegas.

Para saber más:
Estación Libertad, de Emilio Ruiz Barrachina
Memoria de Ferro, de Antón Patiño Regueira
Cuarto Milenio
El Mundo
La Región
Holocausto en español
Encuentros
Milim Cultural
La Opinión a Coruña

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