domingo, 23 de febrero de 2020

Disculpe, ¡soy chino, no japonés!

A comienzos del siglo XX, Estados Unidos no era el país más acogedor para los inmigrantes chinos. Desde la Ley de Exclusión China hasta el racismo flagrante, los chino-estadounidenses no pudieron encontrar trabajo, tuvieron que establecer barrios chinos donde vivir y, además tenían que prometer siempre un inquebrantable patriotismo hacia los Estados Unidos.

soy chino, no japonés

Las tensiones sociales comenzaron tan pronto como las familias chinas comenzaron a inmigrar a los Estados Unidos durante la fiebre del oro de California en 1848. El racismo y la discriminación contra las personas de ascendencia china se convirtieron en algo habitual, pues eran vistos como intrusos que en los EE.UU., que quitarían el trabajo a los ciudadanos estadounidenses. Pero la realidad era bien distinta. Se enfrentaron al desempleo, la exclusión, la discriminación política y legal y la violencia. Los pocos trabajos a los que podían acceder eran los de más baja cualificación y más peligrosos.

Cuando se estaba preparando el escenario en Europa para el ascenso del Partido Nazi y el eventual conflicto que se convertiría en la Segunda Guerra Mundial, China continuaba en su propia batalla con su vecino, Japón. Los conflictos entre China y Japón se remontan a generaciones.
A principios de la década de 1930, estas tensiones históricas comenzaron a empeorar a medida que Japón buscaba afianzar su control sobre los territorios chinos. En 1937, los dos países estaban en guerra, conocida como la Segunda Guerra Sino-Japonesa.

soy chino, no japonésTodo cambió el 7 de diciembre de 1941, cuando los japoneses lanzaron su ataque sorpresa en Pearl Harbor. Para los estadounidenses de origen chino, de repente, esto significaba que ya no eran vistos como el enemigo. Por el contrario, estadounidenses y chinos ahora comparten un enemigo común.

Después del ataque a Pearl Harbor, los cerca de 75000 chino-estadounidenses que vivían en los Estados Unidos, finalmente tuvieron la oportunidad de salir de la opresión del racismo. Con China convirtiéndose en un nuevo aliado de los esfuerzos de guerra de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, con Japón como un enemigo común, el orgullo chino-estadounidense comenzó a expandirse.

soy chino, no japonés
En un esfuerzo por desviar aún más el hostigamiento, los chino-estadounidenses comenzaron a usar distintivos y a portar banderas para mostrar claramente su herencia china y evitar ser confundidos con los japoneses.

Cuando EE.UU. Entró en la Segunda Guerra Mundial y las tensiones con Japón siguieron en aumento, los estadounidenses de origen chino, e incluso los periódicos chinos adoptaron la retórica anti-japonesa y los apelativos ofensivos raciales utilizados por la prensa norteamericana, que utilizaba rasgos seudocientíficos para distinguir a un japonés de un chino, como los aparecidos en la revista LIFE del 22 de diciembre de 1941.
 Esto llevó a muchos estadounidenses de origen chino a volverse pasivos ante la acusación sufrida por sus vecinos japoneses en suelo estadounidense, y en muchos casos incluso se apropiaron de los trabajos y tiendas que habían sido abandonados por la fuerza por los japoneses una vez que estos habían sido internados en los campos de concentración, como el de Manzanar, en California.

Para saber más:
Tras las huellas de Heródoto
Exordio
Wikipedia
Ranker
Vintage Everyday
Daily Mail

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