Al mando, se encontraba el ex coronel Albert Schnez, que también parece ser el ideólogo. Tras la guerra se dedicó a los negocios en el sur de Alemania, lo que proporcionó buenos contactos y financiación para el ejército clandestino. El gobierno federal alemán supo de estos contactos en 1951 pero no hizo nada al respecto. A finales de la década de 1950, Schnez formó parte del entorno del ministro de Defensa y posteriormente fue jefe del Estado Mayor. Schenz mantuvo muy buena relación con algunos dirigentes importantes, sobre todo en el Bundeswehr (Ejército federal), como Hans Speidel que sería el comandante supremo de la OTAN en Europa Central en 1957 y por Adolf Heusinger, primer inspector general del Bundeswehr.La opción mas factible fue España, en donde se establecieron los contactos necesarios para utilizar las infraestructuras de que disponían los norteamericanos en el país y utilizar la península ibérica como sede para el grupo y poder organizarse para sus posibles acciones anticomunistas.
Otto Skorzeny, el oficial nazi que rescató, en una audaz misión, a Benito Mussolini de su detención en el Gran Sasso, encontró refugio en España tras la la guerra y fue protegido por el gobierno español, al igual que otros reconocidos nazis como León Degrelle, para el que realizó diversas misiones. Uno de los objetivos de Skorzeny era aprovechar su situación en España para establecer una base para la "Legión Carlos V", un ejército clandestino formado por antiguos nazis con esa misma misión que el descubierto en el pliego hallado por Agilolf Kesselring.Skorzeny falleció en Madrid en 1975 y Schenz en 2007.
Para saber más:
El País
Zeit
Der Spiegel
Historia de Iberia Vieja
Yahoo

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