Esta idea no la inventaron los nazis, ya se hablaba de ello desde el siglo XIII. En 1692, Edmond Halley (el que le dio nombre al famoso cometa) especuló con que la Tierra podría tener una envoltura hueca de unos 800 km de espesor, otras dos envolturas concéntricas interiores y un núcleo más interno. Esta teoría trataba de explicar, entre otras cosas, la parición de la auroras boreales que según él se debían a escapes de gases de esas capas internas.
En la primera mitad del siglo XIX, el militar estadounidense John Cleves Symmes, afirmaba que existían brechas o pasajes en los polos que daban al interior del planeta. En 1869, Cyrus Reed Teed, un médico y alquimista tambien estadounidense se nombró a si mismo mesías y se llamó Koresh. Defendía que la humanidad y la superficie de la Tierra existen en el interior de una esfera que abarca el universo.
A finales del XIX apareció una novela llamada La diosa de Atvatabar escrita por William Richard Bradshaw. En ella, los protagonistas que viven en la superficie de la tierra hallan bajo la superficie una civilización avanzada que tienen el poder de la eterna juventud o resucitar a los muertos.
Posiblemente la teorías antes expuestas o la novelas de Bradshaw y Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne debieron inspirar a la Ahnenerbe para realizar una expedición al Tibet para descubrir la Tierra hueca donde su habitantes, muy avanzados tecnológicamente, tenían una red de túneles y galerías que los llevarían a cualquier parte del planeta.
Para saber más:
eHow
historia digna de una pelicula ¿no crees?
ResponderEliminarTRAFFIC CLUB
DIAMANTE EN CONSTRUCCION
esau-castro.blogspot.mx
Pues si. Las chaladuras de este personaje dan para una saga.
ResponderEliminar