
El primero fue en 1923, cuando Hitler casi pierde la vida al ser herido por un proyectil por parte de la policía alemana, en su intento de frustrar el intento de golpe de estado que Hitler efectuó en noviembre de 1923.
Otro de los intentos de asesinar a Hitler fue el perpetrado en la cervecería Bürgerbräukeller de Múnich, una de las más grandes de la ciudad bávara. En una de sus columnas, cerca de donde Hitler daría un discurso, el 8 de noviembre de 1939, el carpintero Georg Elser colocó una bomba lista para estallar en mitad del discurso de Hitler. El azar estaba al lado de Hitler, este acortó su discurso y salió de la cervecería unos minutos antes que hiciera explosión el artefacto que asesinó a siete personas.
Otro intento fallido fue el realizado el 17 de marzo de 1943 por Fabian von Schlabrendorff, en el avión personal de Hitler, pero las bombas no explotaron. Lo mismo sucedió con el plan de hacer volar su tren especial.
Las incógnitas sobre la cantidad de atentados que se planearon contra Adolf Hitler todavía siguen vigentes a día de hoy. Stalin llegó a bloquear dos atentados durante la Segunda Guerra Mundial.
Si cualquiera de los complots que se organizaron hubieran logrado su objetivo, habrían cambiado radicalmente el rumbo de la historia y de la Segunda Guerra Mundial.
El 30 de abril de 1945 Hitler murió suicidándose junto a su esposa Eva Braun en el búnker de la Cancillería, en Berlín, cuando la guerra ya estaba totalmente perdida y las tropas soviéticas se encontraban a unos pocos centenares de metros del refugio del dictador.
Para saber más:
Muy Interesante
Wikipedia
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