
Pero, pese a ser uno de las más grandes operaciones militares de la historia, el desembarco era sólo parte del principio.
Por duro o sangriento que fuera, después quedaba la mayor parte del trabajo, de la toma del terreno ocupado por los nazis.
La población civil francesa sufrió miles y miles de bajas durante la operación. Sólo en el bombardeo de los dos primeros días murieron 800 personas en Caen. De los 60.000 habitantes de esa población, pronto sólo quedaron 17.000 entre las bajas y los refugiados. Además la ciudad quedó prácticamente arrasada.
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